Hoy en día se recurre al crowdsourcing para financiar casi todo; hay quienes lo hacen por impulsar una idea poco convencional, otros porque necesitan ayuda para empezar un negocio y hay casos en los que el enfoque es por un bien común. Por supuesto, nunca falta el ventajoso y ese el caso de Renata Shamrakova, una ucraniana que cometió fraude por $821,000 USD y que, tras ser declarada culpable, solicitó ayuda en Internet para pagar la cuantiosa multa.
La mujer confesó ante la corte que meses atrás, solicitó ―y consiguió― 2 tarjetas American Express a nombre de su empleador, el millonario Todd Meister. Con un crédito casi ilimitado, comenzó a despilfarrar en joyas y viajes a Canadá, Francia, Aruba, Italia y Aruba. No pasó mucho tiempo para que la institución bancaria exigiera saldar cuentas y, a finales de 2012, la estafa se hizo evidente. En juicio, se le dictó sentencia por 2 años en prisión o restituir la suma completa en 2 pagos, de los cuales, el primero será de $425,000 USD, a pagar el 20 de diciembre.
Dado que no cuenta con tal cantidad de dinero, Shamrakova acudió al sitio Go Fund Me para apelar a la caridad de la gente y pedir donaciones, ofreciendo a cambio una explicación emocional acompañada de una dramática fotografía en blanco y negro.
"Estuve 13 días en prisión sin atención médica apropiada ni oportunidad de expresarme. Algunos leerán esto y pensarán que no es la mejor forma de restituir lo que debo, pero tengo la esperanza de que alguien vea más allá y concluya que merezco una segunda oportunidad para comenzar nuevamente mi vida, mientras hay oportunidad. Estoy preparada para las críticas e incluso las opiniones negativas, pero espero que alguna persona vea el potencial [sic] y pueda darme ayuda monetaria".
Sobra decir que, a diferencia de los proyectos convencionales de crowdsourcing, el de Shamrakova no brinda ningún beneficio a las personas que aporten, ni siquiera la satisfacción de contribuir en una obra humanitaria; en todo caso, esta mujer en aprietos podría compartir fotos de sus viajes como recompensa. Uno nunca sabe, tal vez así convenza a algún otro millonario de que le regale su dinero para que siga despilfarrando.
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