En Estados Unidos, San Francisco específicamente, nació la idea de compartir tu automóvil para llevar a alguien a su destino y sacar un poco de dinero al mismo tiempo por medio de una app en tu smartphone. Esta fue la idea de Sidecar en 2012.
Sidecar era la única aplicación en ese entonces y se distinguía por mostrar de entrada los costos del trayecto y permitir a los usuarios elegir la mejor tarifa. Tampoco elevaban sus tarifas por horas pico o festividades, como sus principales competidores, Lyft y Uber.
Teniendo unas prácticas tan amables para sus usuarios, ¿por qué fracasó? Sencillamente, Sidecar nunca quiso gastar su dinero en campañas de marketing, a diferencia de su competencia. Además, no tuvo como objetivo ganar una valoración alta de inmediato, ni conseguir financiamientos. En su lugar, Sidecar invirtió todo en tecnología. Esta apuesta lamentablemente los dejó sin dinero suficiente para seguir creciendo.
Para contrarrestar esto, Sidecar intentó crecer su negocio este año al lanzar el servicio de entregas de mismo día, desde el súper hasta marihuana medicinal y chucherías de la tiendita.
El año nuevo significa el final para esta empresa que dio la idea a grandes como Uber.
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