Los habitantes de Grenoble, una ciudad situada al sureste de Francia, están recibiendo un beneficio increíble: se trata de máquinas expendedoras de lecturas cortas y medianas en lugares públicos. La dinámica es muy similar al de un ticket de compra y no tiene costo alguno para quién se acerque a la máquina. Es posible elegir el tiempo de lectura, es decir, historias de 1, 3 o 5 minutos, para hacer más agradable la espera del transporte público o en la fila para el banco —o para lo que sea—-.
¿Será un buen método para que la gente utilice menos el smartphone? Quizá sí, o tal vez solo sea una iniciativa para fomentar el gusto por la lectura en toda la población. Recuerda que un pueblo que sabe leer y que tiene interés por el mundo que lo rodea tiende a sobresalir aún más. Tomando en cuenta que la ciudad de Grenoble es una de las que tienen más problemas de inseguridad en Francia, la iniciativa tiene todo sentido.
Según Christophe Sibieude, cofundador de Short Edition —el startup encargado de desarrollar las lecturas y las máquinas—, el objetivo es que la gente logre matar los tiempos improductivos con ayuda de literatura de buena calidad. Habrá ocho máquinas distribuidas en la ciudad: en el ayuntamiento, la oficina de turismo, las bibliotecas y en los centros sociales.
Deja tu comentario