Después de unos meses de uso, todos los teléfonos y las tablets tienden a disminuir su desempeño, en algunos casos hasta un punto frustrante. Para poner solución a ese problema en Android, es esencial que desinstales las aplicaciones que no utilizas; te sorprendería saber la cantidad de recursos que consume cada app sólo por estar instalada en tu dispositivo. Tendrás que desinstalar cada una por separado, así que ten paciencia. Otra recomendación es decir adiós a los fondos animados, pues no sólo absorben mucha capacidad del procesador, también gastan mucha batería. Lo mejor es elegir un fondo fijo. Algo que también ayuda es deshacerse de los widgets, o al menos, de los que no son tan útiles. Nuestro consejo es que uses únicamente los relacionados con noticias y redes sociales, así como los de tus aplicaciones favoritas.
Por otra parte, puedes desactivar las animaciones de la interfaz, si es que tu teléfono es relativamente viejo, desde el menú de opciones para desarrollador. Sólo ten cuidado de no hacer modificaciones desde ese panel para desarrollador, a menos que estés seguro del resultado. Para finalizar, limpia los archivos. Hay cosas que seguramente descargaste y te sirvieron en el momento pero jamás usarás de nuevo. Además, es probable que tengas muchas fotografías y videos almacenados; tanto historial es inútil, resulta mejor subir todo a la nube, así también tu información estará siempre segura.
Equipos empleados: Moto G, Blade C2
Versiones que utilizamos: Jelly Bean 4.2.2, Eclair 2.1
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