George Lucas dice que haberle vendido Star Wars a Disney es como un divorcio, “te quita un peso de encima, pero nunca vas a olvidar la felicidad que hubo detrás y los reencuentros siempre serán difíciles”. Por eso el legendario creador de esa galaxia tan lejana tenía sus reservas antes de ver Episode VII, pues no sabía si le iban a romper el corazón.
Afortunadamente para George esto fue un final feliz, pues vio la película y le gustó.
Aunque debemos ver las cosas como son: literalmente dijo “me gustó”, algo que significa aprobación, pero no raya en “¡me encantó, la amo, es la digna sucesora de mi legado!”. Aquí lo importante es que aún si no hay efusividad en las palabras de George, es como si le hubieran echado la bendición a todo lo que viene de Star Wars —a Disney y JJ Abrams tal vez no les importa tanto, pero a muchos fans sí—.
Quién sabe qué hubiera pasado si en lugar de vender Lucasfilm, George se encargaba de hacer las nuevas películas de Star Wars... tal vez resultaba que Jar Jar Binks era la mente maestra Sith detrás de todo. Por fortuna eso no pasó, aunque fue porque ambas partes —Lucas y Disney— querían proteger el proyecto.
“Ellos decidieron que no querían usar mis historias y que harían las cosas a su modo.” George dice que Disney no tenía interés de involucrarlo en el proyecto, pero que al mismo tiempo él habría rechazado cualquier oportunidad de supervisar las cosas, ya que “ellos no iban a dejar que alguien cambiara la idea que tenían”.
No te preocupes George, siempre te amaremos, aún si tú nos rompiste el corazón con algunas malas decisiones que hiciste con tus precuelas. Te perdonamos, de todos modos Episode VII ayudará a sanar las heridas.
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