Como parte de una llamativa campaña publicitaria, la división británica de Domino's Pizza desarrolló un nuevo concepto para entregar pizzas: emplear un drone cuyo nombre es DomiCopter.
El sistema consiste en un octocóptero ―drone de 8 hélices― que incluye una bolsa térmica de Domino's que mantiene calientes el par de pizzas grandes que caben en ella, desde que emprende el vuelo hasta el momento de la entrega.
Controlado por un repartidor convencional, este drone evadió toda clase de obstáculos citadinos; además, existe un desafío adicional: la visibilidad se reduce durante los clásicos días nublados en Inglaterra. El vuelo duró alrededor de 10 minutos, y se llevó a cabo en la ciudad de Guildford, ubicada en las afueras de Londres.
Este concepto se suma a otros de similar complejidad, como el Tacocopter, app mediante la cual se ordenaba una orden de tacos que era mandada por una empresa por medio de un drone; el Burrito Bomber y el Beer Drone, el cual fue puesto a prueba durante un festival de música en Sudáfrica.
La campaña promocional es uno de muchos ejemplos recientes que demuestran las ventajas de usar drones para actividades cotidianas y que, quizá, complementen la vida diaria. Sin duda, estos dispositivos van más allá del uso militar, pues, por ejemplo, en Canadá se usó uno para un rescate; en tanto, en Alemania, comienzan a emplearlos para combatir a grafiteros.
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