Ciencia

¿Realmente importa que las abejas estén desapareciendo?

No quiero vivir en un mundo sin abejas

Las abejas han estado desapareciendo misteriosamente de todo el planeta; literalmente, desaparecen de sus colmenas sin dejar rastro.

Este fenómeno al cual los apicultores han bautizado “Desorden de colapso de colonias” (Colony Collapse Disorder - CCD) ha traído una crisis para la industria apicultora, así como para los agricultores de frutas y verduras que dependen de las abejas para polinizarse.

Colmenas vacías
Colmenas vacías

Las abejas son las responsables de polinizar cultivos que conforman 1 de cada 3 de los alimentos que consumimos diariamente. La desaparición de las abejas no sólo afecta a los apicultores y agricultores, estos insectos son parte fundamental del equilibrio natural y sin ellos corremos el riesgo de no poder continuar produciendo una gran cantidad de frutas y verduras de las cuales dependemos para vivir y mantenernos saludables.

Cómo se verían tus opciones de alimentos con y sin abejas
Cómo se verían tus opciones de alimentos con y sin abejas

Alimentos como manzanas, duraznos, zarzamoras, arándanos, pepinos , calabazas, fresas, mostaza, brócoli, mangos, papaya, coco, almendras, cerezas, cilantro, melón, peras, ciruelas, frambuesas, girasoles, sandías y alfalfa, entre muchos otros, dependen de las abejas para ser polinizados y reproducirse.

Si las abejas desaparecieran, estas frutas y verduras se irían con ellas. ¿Imaginas vivir en un mundo donde no puedas volver a comer estos alimentos... donde la miel, el propóleo y la cera de abeja no existen?

La población global de abejas ha disminuido considerablemente desde la Segunda Guerra Mundial (de 4.5 millones en 1945 a menos de 2 millones de colonias en 2007), pero en la década de los 90 se dieron los primeros casos de pérdidas masivas. Sin embargo, esto se convirtió en una preocupación internacional hasta 2006, cuando los apicultores americanos David Hackenberg y Dave Mendes hicieron públicas las pérdidas que habían sufrido —entre 30% y 90% de sus colmenas cada año— y compararon datos con otros apicultores del país, lo que ayudó a que se dieran cuenta de que el problema era mucho más grande de lo que pensaban.

¿Cuáles son las causas de estas desapariciones?

Desde entonces, se han hecho investigaciones sobre lo que podría estar causando estas desapariciones y muertes en cantidades tan alarmantes. Los apicultores del mundo tienen numerosas teorías, pero ninguna ha podido ser probada completamente como para poder actuar de manera legal y exigir nuevas regulaciones para la conservación de estos insectos.

El Dr. Dennis vanEngelsdorp, entomólogo de la universidad de Maryland, ha sido una pieza clave en las investigaciones que se han realizado desde 2006. Su teoría (y la de muchos apicultores) es que las abejas están desapareciendo debido a:

Pesticidas Neonicotinoides. Estos pesticidas son relativamente nuevos y atacan el sistema nervioso central de los insectos y plagas, pero tristemente también el de las abejas. Estos pesticidas son clasificados como componentes sistémicos, lo que significa que tienen una estructura química altamente soluble en agua, por lo cual tienen una amplia movilidad dentro de la planta. Las semillas son cubiertas con estos pesticidas antes de ser plantadas. Mientras crece, la planta absorbe los neonicotinoides por las raíces y la planta entera se contamina: savia, tejido, flores, néctar y polen (al igual que la tierra). Ésta es una manera muy efectiva de proteger a la planta de predadores, ya que esta será tóxica a lo largo de su ciclo de vida. Pero el efecto colateral es el daño causado a las abejas y otros polinizadores.

La industria de los pesticidas afirma que los niveles de toxicidad encontrados en el néctar no son suficientes para matar a los polinizadores, pero esto no es enteramente cierto, las abejas no mueren inmediatamente, sino que los síntomas se hacen presentes semanas después. Las abejas infectadas logran regresar a la colonia llenas de polen tóxico que terminará por infectar a toda la colonia, incluyendo las larvas, abejas jóvenes y a la reina.

Como mencioné, los pesticidas neonicotinoides afectan el sistema nervioso central de las abejas y con ello su orientación, haciendo que eventualmente las abejas se pierdan y en un punto no puedan regresar a su panal, afectan su capacidad para volar y su habilidad para comunicarse con otras abejas, lo cual representa un grave problema para estos insectos.

Las abejas productoras de miel no pueden sobrevivir solas, necesitan a su colmena. La abeja productora de miel es un insecto social y la comunicación es algo fundamental para el bienestar de la colonia. La comunicación de las abejas es la base de su estructura social. Sin comunicación, las abejas no pueden cumplir la labor que les corresponde dentro de la colmena, no pueden intercambiar información clave como la localización de fuentes de alimento o la necesidad de termorregulación dentro del panal.

Parásitos. Los ácaros Varroa destructor son a las abejas lo que las garrapatas a los perros (si fueran casi del tamaño de su cabeza), estos parásitos se adhieren al cuerpo de las abejas y beben su sangre, lo cual mata grandes cantidades de abejas y esparce enfermedades en la colonia. Estos ácaros pueden saltar de colonia en colonia, matando poblaciones enteras de abejas, explica el Dr. vanEngelsdorp. Existen tratamientos para combatir estos parásitos, pero muchos apicultores a menor escala no los utilizan. “Esto es malo, porque pueden esparcir ácaros a colonias vecinas,” añade vanEngelsdorp.

La falta de alimento. Desde la Revolución Industrial, el humano ha alterado el medio ambiente y el ciclo de la vida de muchas plantas y animales para lograr producir alimentos en masa y alcanzar un mayor beneficio económico.

Antes de esto, las granjas estaban conformadas por diferente cultivos, lo cual mantenía un equilibrio entre polinizadores y plantas. Pero en la actualidad la gran mayoría de las granjas se han convertido en monocultivos (plantaciones de una sola especie de planta) como el maíz o la soya. En menos de 10 años se han perdido 1.5 millones de hectáreas de flores y plantas que alimentan a millones de especies de insectos.

Monocultivo de trigo
Monocultivo de trigo

Estos monocultivos son como desiertos para los polinizadores. La falta de alimento o de variedad de especies de plantas ha debilitado considerablemente a la población de abejas y otros polinizadores como los murciélagos (los cuales están en serio peligro de extinción), colibríes, mariposas y abejorros entre otros. Además de que estas plantaciones representan una pérdida de hábitat natural para muchas especies de abejas y otros insectos importantes para el equilibrio y bienestar del ambiente.

Cultivos con diversidad
Cultivos con diversidad

Las abejas necesitan una dieta variada de diferentes tipos de polen para poder crecer fuertes y saludables”, explica la Dr. Heather Mattila, bióloga de abejas del Wellesley College. Lamentablemente lo que antes eran praderas llenas de flores se han convertidos en monocultivos, ciudades con hermosos pastos pero sin flores y edificios sin ningún tipo de vida vegetal. “Un espacio verde puede ser un desierto verde si no contiene flores que sean amigables con las abejas” continúa la Dr. Mattila.

Para compensar la pobre alimentación de las abejas, muchos apicultores dan suplementos a sus colonias, pero muchos otros retiran la miel de las colmenas y las llenan con jarabe de maíz, lo cual las debilita.

Bolsa con jarabe
Bolsa con jarabe

Si combinamos la mala alimentación, la destrucción del hábitat natural con factores ambientales como inviernos extremadamente fríos y veranos demasiado calurosos, nos da como resultado poblaciones de abejas
estresadas que son menos resistentes a los ataques de parásitos, virus y pesticidas.

¿Qué podemos hacer para ayudar?

1. Si tienes un jardín, puedes plantar diferentes tipos de flores que sirvan para alimentar a las abejas y otros insectos polinizadores. Esto no sólo ayudará a que las fuentes de alimento sean más abundantes, sino que la biodiversidad hará que tu jardín y tu sistema inmune sean más saludables.

Tipos de plantas que puedes cultivar: Averigua cuales son las plantas nativas de tu localidad, esto trae consigo el beneficio de que están adaptadas al clima y los insectos están acostumbrados a ellas. Además de las plantas nativas puedes escoger algunas flores de la siguiente lista y plantarlas en tu balcón, jardín, azotea, parque cercano o en la banqueta de tu casa.

Facelia
Caléndula
Veza
Esparceta
Trébol encarnado
Trébol alejandrino
Trébol persa
Alfalfa
Cilantro
Comino
Chirivía
Eneldo
Borraja
Romero
Tomillo
Zulla
Girasol
Malva
Tagete
Trigo sarraceno
Hinojo
Lavanda
Meliloto amarillo

Además de plantar flores puedes tener bebederos con agua que sirvan para las abejas y otros insectos, aunque seguramente también recibirás visitas de pájaros sedientos.

2. Como dijo alguna vez Michael Pollan, “Vota con tu tenedor”. Tenemos el poder de cambiar el mundo natural por medio de nuestras decisiones alimentarias, más que todo lo demás que hacemos. Opta por alimentos orgánicos que no contienen pesticidas y así ayudarás a los productores locales, dejarás de contribuir con las grandes corporaciones que causan problemas ambientales, cuidarás de tu salud y la de tu familia. Si los alimentos orgánicos se encuentran fuera de tu presupuesto, puedes plantar tus propios vegetales y frutas. Vivir en la ciudad no es un impedimento para esto, ya que puedes crecer muchas frutas y verduras en macetas en tu balcón o crear una azotea verde.

3. Si ves abejas, no las mates. Infórmate y comunica lo que has aprendido a tus amigos, familiares, vecinos, alumnos, compañeros de trabajo o a quien tu quieras. El chiste es informarnos y compartir nuestros conocimientos para lograr un bien común.

Salvar a las abejas significa ayudar a salvar el planeta, la industria agrícola, las frutas y verduras, la diversidad en nuestra dieta y millones de especies de plantas y flores que dependen de ellas. Las abejas son vida.

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