¿Te acuerdas de los discos flexibles de 3.5"? Si vives en Latinoamérica no hace falta forzar tanto la memoria, porque en muchas escuelas públicas todavía los usan. Esos arcaicos instrumentos del almacenamiento tienen la sofocante capacidad de 1.44 MB y en 1986, cuando recién salieron, eran la sensación, pero sólo porque el estándar era de 720 KB.
Ahora imagina que a uno de esos disquetes le pudieran meter 118 GB. Tal vez ni así los usarías de nuevo, pero sería sorprendente, tomando en cuenta que su sistema magnético no da para más.
El Dr. Moddnstine —no es doctor y tampoco es su nombre real, simplemente lo que usa de apodo en YouTube— logró esa hazaña, aunque sin involucrar tanto método científico... porque en realidad sólo moddeó un poco los componentes para incrustar el disco dentro de una memoria SD.
Parece trampa, pero no lo es, pues funciona perfectamente con una unidad lectora de 3.5, a la que también le hizo modificaciones para que Windows vea la tarjeta como si fuera un floppy genuino. Al parecer la clave para engañar a la computadora no es tan complicada, pues los hilos del cable que va la unidad lectora son similares a la ranura SD, así que sólo hizo falta hacer algunos ajustes.
Lo del disco no fue su único mérito, también le puso un procesador Skylake Core i7 6700K al gabinete de una IBM Aptiva 486. Lo que por fuera es un viejo armatoste, por dentro es una PC con los specs más actuales.
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