Si pudieras elegir tu muerte, ¿cómo sería? Sin duda, muchos elegirían morir con una sonrisa en la boca y sin sentir dolor, o al menos, esa es la creencia del ingeniero lituano Julijonas Urbonas quien diseñó una montaña rusa con bajadas y vueltas que terminarán con la vida de quien así lo quiera.
La Euthanasia Coaster fue creada por Urbonas como un proyecto para doctorado en diseño de interacción en el Royal College of Art, pero no ha superado ese estado. Sólo se ha construido en maqueta porque ha generado mucha controversia. Además, su altura de 500 metros supondría un gran problema para los arquitectos. La Kingda Ka, una de las montañas rusas más grandes, mide sólo 139 metros de alto, tardó 18 meses en ser levantada y costó 25 millones de dólares. La Euthanasia Coaster requeriría 3 veces ese esfuerzo.
Funcionamiento
Quienes decidieran subirse, pasarían por el siguiente viaje:
1. Iniciarían con una escalada lenta de 500 metros donde el pasajero tendría varios minutos para hacer una oración, despedirse de sus seres queridos o incluso arrepentirse.
2. Al estar en la cima, el pasajero tendría un botón para elegir el momento en el que esté listo para aventarse.
3. Al presionar el botón, el pasajero caería en picada y entraría a una vuelta de 360 grados a 100 metros por segundo. La velocidad mandaría toda la sangre del cerebro a las extremidades inferiores, por lo que la persona perdería la conciencia por hipoxia cerebral —falta de oxígeno en el cerebro—. Este fenómeno suele causar euforia antes de presentarse.
4. Si la primera vuelta no le roba el último aliento, las siguientes 6 seguro lo harán.
"Sería una muerte significativa. Para el pasajero, es una máquina que ritualiza su muerte sin dolor e involucra todo el cuerpo", explica Urbonas.
La Euthanasia Coaster ha sido muy juzgada porque varios científicos opinan que la última sensación de los pasajeros no sería euforia, sino mareo, vértigo y malestar. Además, muchos se han escandalizado por el concepto de mezclar la muerte con diversión, creen que esa no es buena manera de morir.
“El proyecto se trata más de una expresión artística, las reacciones de la gente son lo que más me intriga”.
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