Desarrollar la nueva versión de un sistema operativo no debe ser nada fácil, incluso para el ejército más experimentado de desarrolladores. No sólo se trata de crear cosas novedosas que tengan contenta a la gente, también hace falta asegurarse de que todo —TODO— va a funcionar correctamente. Para Apple a veces un poco complicado, porque cada actualización está encadenada al lanzamiento de los nuevos modelos de iPhone y iPad, pero eso podría cambiar dentro de poco tiempo.
¿La razón? iOS 9.3 llegó sin estar acompañado de algún dispositivo de Apple y ni siquiera lo presentaron durante una conferencia. Lo lanzaron así, sin mucho espectáculo. Para Dan Moren, de Macworld, resulta muy sospechoso, "porque el ciclo de los updates siempre ha sido de 10 a 12 meses, mientras que los parches menores son únicamente para corregir errores".
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Si esa es la estrategia de Apple, tiene todo el sentido del mundo, porque no necesita ofrecer todo un paquete de beneficios —nuevo hardware y nuevas características de software—, gracias a que iPhone y iPad ya son productos muy maduros. Quien compre cualquier de esos 2 dispositivos lo hará por convicción o compromiso, no por tener acceso a las nuevas funciones de iOS, pues al final la actualización de todos modos llega a modelos anteriores.
De hecho ese esquema de actualizaciones constantes ayudó a que Xiaomi se volviera tan popular y exitoso en tan poco tiempo. Obvio para la comunidad de Apple sería algo extremadamente positivo, dado que generaría más lealtad. Por otra parte facilitará las cosas para los desarrolladores de iOS, pues garantizar la estabilidad de pequeñas actualizaciones siempre es más sencillo que lanzar un update gigantesco lleno de cosas nuevas —y que potencialmente pueden fallar por separado—.
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