No es ningún secreto que para los católicos el divorcio es tabú. El proceso, además de estigmatizado, está lleno de burocracia. Pero debido a que el papado de Francisco es muy abierto, los lineamientos de la iglesia católica se ajustarán para simplificar sus trámites para divorcios.
A partir de ahora, el proceso de los divorcios católicos será más rápido, barato y sencillo. El trámite quedará a cargo de las iglesias locales, por lo que los documentos para solicitar la separación no deberán ser enviados al Vaticano para su aprobación.
Ésta sería la tercera ocasión en la que la iglesia católica hace una reforma radical relacionada con el matrimonio. Y es que la postura de la Santa Sede respecto a la unión entre 2 individuos es muy clara: es un compromiso sagrado y por ello debe ser de por vida.
Debemos celebrar la flexibilidad que está teniendo la religión, pues comienza a dejar la mentalidad cerrada y eso da luz de esperanza a las personas que sufren por matrimonios rotos o mal planeados.
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