La agencia de gobierno estadounidense National Science Foundation (NSF), ha financiado Blue Waters, una de las supercomputadoras más poderosas del mundo, que recientemente fue puesta a disposición de la comunidad científica.
“Su impacto [de Black Waters] tanto en descubrimientos e innovaciones de ciencia e ingeniería, como en prioridades nacionales que comprenden salud, seguridad y bienestar, será extraordinario” comentó Cora Marrett, directora interina de la NFS.
Alan Blactecky, director de infraestructura cibernética avanzada en la NSF, agregó: “Con Blue Waters, los científicos están empezando a predecir el comportamiento de sistemas biológicos complejos, entender cómo evolucionó el cosmos después del Big Bang, diseñar nuevos materiales a un nivel atómico, predecir el comportamiento de terremotos, huracanes y tornados, y simular sistemas de ingeniería complejos como la distribución de poder en aeroplanos y automóviles”.
La computadora, ubicada en el Centro Nacional para la Supercomputación Aplicada de la Universidad de Illinois, tiene la sorprendente capacidad de procesar 12 petaflops (1,000 billones de operaciones de punto flotante por segundo) y ha demostrado un rendimiento sostenido de más de un petaflop en una variedad de aplicaciones usadas comúnmente en ciencia e ingeniería.
Entre las investigaciones que planean llevarse a cabo usando esta supercomputadora se encuentran: describir el genoma del VIH y su comportamiento a detalle, estudiar el cambio climático, predecir sismos y buscar un entendimiento más profundo de las propiedades fundamentales de la naturaleza.
Esta es una excelente noticia para la ciencia, ya que esta asignación de recursos tecnológicos nos permitirá tener un conocimiento más detallado de aspectos fundamentales de la vida que afectan a toda la humanidad.
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