De acuerdo con la agencia noticiosa Xinhua, a partir de los próximos meses el ministerio de Información e Industria Tecnológica de China dará inicio a un plan para prohibir en su territorio el uso de cierta tecnología proveniente del extranjero, en particular la relacionada con seguridad digital. Aunque en el reporte no se dice explícitamente que la iniciativa está enfocada en vetar productos de Estados Unidos, Alemania e Inglaterra, hay referencias muy claras.
"Durante mucho tiempo, los gobiernos y empresas de algunos países recolectaron información sensible a escala global, tomando ventaja de su monopolio en el mercado de los servicios y de la tecnología. Ellos no sólo socavan los intereses de sus clientes, sino que amenazan la seguridad digital de todo el planeta.", expresó el vocero gubernamental, Jiang Jun. Asimismo, agregó que la actual administración de la República Popular China trabaja en un proyecto de ley para formalizar la imposición en todas las dependencias, además de instituciones educativas, servicios públicos y empresas de telecomunicaciones.
Jun dijo, en nombre de su gobierno, que en la actualidad no puede existir la seguridad nacional si primero no hay seguridad digital, "y dado que China es el país con más usuarios de Internet en el mundo, es aún más importante garantizar esa seguridad". Según el representante gubernamental, varias dependencias ya están haciendo la transición para desechar productos TI provenientes del extranjero y usar los creados en China.
Cabe señalar que esta situación tiene precedente en las constantes confrontaciones entre Estados Unidos y China en el tema de ciberseguridad, sin mencionar que la revelación del proyecto PRISM y demás documentos filtrados por Edward Snowden provocaron desconfianza en los gobiernos de muchos países. La ironía es que hace un año, EUA prohibió el uso de dispositivos de Huawei en su territorio, algo que sin duda afectó a la compañía en términos financieros, pero que no dañó a la economía de China; por el contrario, la prohibición del gobierno chino podría impactar considerablemente a la industria tecnológica estadounidense.
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