El nuevo y controversial Samsung Galaxy Fold ya está disponible en México, el único país de Latinoamérica donde la empresa coreana comercializará su teléfono plegable.
El precio de este smartphone es de $47,999 pesos y aunque se trata de un equipo de gama alta, no deja de tratarse de un costo muy elevado, por lo que Samsung entrega un paquete que incluye, aparte del Galaxy Fold, un case fabricado en Kevlar para proteger el equipo, un par de audífonos Galaxy Buds y servicio al cliente premium que, incluso, agrega la entrega personalizada del teléfono por personal calificado que ayudará en el primer contacto y en una inmersión hacia las experiencias que se ofrecen, así como los cuidados que se recomiendan tener.
Una grata primera impresión, con algunas dudas a largo plazo
Si uno compra un producto caro, debe de sentirse caro. Y por fortuna es el caso del Galaxy Fold, que al sacarlo de la caja y levantarlo por primera vez, da esa sensación de equipo premium con materiales de alta calidad, solidez en la construcción y hasta un buen peso en la mano.
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La pantalla interior, y la que da nombre a este teléfono, es inmensa para un smartphone. Son 7.3 pulgadas, que es prácticamente lo mismo que algunas tablets pequeñas. Al cerrarlo, la pantalla exterior se ve y se siente realmente pequeña, esas poco más de 4 pulgadas se sienten apretadas gracias a los bordes gigantes que la rodean. Creo que Samsung pudo haber colocado una pantalla más grande.
La pantalla exterior, eso sí, ofrece una experiencia de Android para tareas básicas como realizar llamadas telefónicas, consultas rápidas al correo, redes sociales o navegar en algún sitio de Internet.
Donde brilla el Galaxy Fold, es al abrirlo y apreciar la pantalla flexible interna donde podremos tener hasta tres aplicaciones de manera simultánea, función ideal para temas de productividad y trabajo. Donde también destaca esa gran pantalla, es para juegos y disfrutar en toda su gloria contenido multimedia.
Todo esto no sería nada, si el desempeño fuera mediocre. Pero Samsung equipo a este teléfono con un procesador Snapdragon 855, 12GB de RAM y 512GB de almacenamiento. Ah, y 6 cámaras fotográficas que comparten tecnología y especificaciones con la línea Galaxy S10.
Samsung optimizó el software para aprovechar las pantallas del Galaxy Fond y su comunicación entre ellas, se notan transiciones fluidas y el cambio de la pantalla a la interior es prácticamente instantáneo y la app “se mueve” de forma transparente.
El tema que sigue siendo una incógnita, es el de resistencia a mediano y largo plazo. Si bien, el mecanismo que dobla al teléfono se siente firme, no deja de ser su punto más frágil. Lo mismo con la pantalla interior, que desconocemos si en un uso ordinario o de gran ajetreo, se siga comportando sin fallas. Ya que si bien, se nota el punto de doblez, al tacto se siente bastante bien. Pero deja la duda de por cuánto tiempo.
Cuando el futuro nos alcance
Como sea, se agradece a Samsung aventurarse con este tipo de desarrollos que prometen cimentar el futuro de la movilidad a formas más versátiles, completas y útiles.
No queda sino esperar a tener por más tiempo este equipo para realizarle pruebas más exhaustivas en usos ordinarios del día a día. Pero de entrada, y como primer producto en su tipo a la venta al público, no puedo dejar de emocionarme por lo que nos depara el futuro.
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