Para que la tecnología siga creciendo a ritmo portentoso hace falta recurrir a materiales más ligeros, eficientes y flexibles, como el grafeno, que por sus exóticas propiedades podría ser un remplazo ideal del silicio en circuitos integrados, o al menos así lo considera la Unión Europea que invertirá mil millones de euros para que un grupo de científicos y compañías experimenten con este material a fin de comercializarlo.
Dese hace años que se especula con las múltiples aplicaciones del grafeno, desde dispositivos maleables hasta nanotecnología autoreplicable, pero su fabricación es extremadamente compleja, ni se diga costosa. La intención del eje europeo es que en la cooperación de gigantes corporativos como Nokia con comunidades meramente científicas, se simplifiquen los procesos y se reduzcan los costos. Así las cosas, durante los primeros 30 meses colaborarán muy de cerca 126 académicos y expertos industriales provenientes de 17 países, quienes tendrán un financiamiento de 54 millones para sentar las bases del proyecto; a partir de ese punto la iniciativa se extenderá durante una década, hasta que se explote el potencial del extravagante componente.
Al margen de lo que logre esta cooperativa internacional, agentes independientes como Samsung también exploran las posibilidades, y en particular el fabricante surcoreano descubrió que al crear un componente de silicón basado en grafeno, se puede multiplicar la eficiencia energética y el poder de procesamiento en un factor casi exponencial. Tal vez pasen muchos años antes de que tengamos en nuestras manos un dispositivo tan maravilloso como el que plantea Nokia con Morph, pero al menos los preparativos ya están en progreso.
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