Hace 10 años, pensar en un viaje de vacaciones a Marte o vivir en ese planeta parecía una idea descabellada sólo posible en los textos de Crónicas Marcianas de Ray Bradbury, en los que humanos llegan al Planeta Rojo, o en otros relatos donde descubrimos que ya habíamos estado ahí. Sin embargo, los avances tecnológicos de la última década hablan de que en un futuro cercano esos viajes serán factibles.
Actualmente, nuestro único contacto con Marte es el recorrido de la sonda Curiosity y la información que ha enviado en imágenes. Recordemos que este robótico explorador de la NASA sólo puede perforar aproximadamente 4 centímetros. Excavaciones más profundas abrirían un abanico de posibilidades para la recopilación de información relevante para el campo científico.
Diversas investigaciones llevaron a contemplar la posibilidad de transportar misiones tripuladas a nuestro rojizo vecino; así se demostró en la cumbre Human to Mars, realizada en el estado de Washington. En el evento, la NASA, agencias espaciales privadas y científicos renombrados discutieron el tema y llegaron a la conclusión de que podría ocurrir alrededor del año 2030. ¿Estaremos frente al principio de la colonización de otros planetas? Tal vez, pero lo cierto es que hay quienes buscan sacar provecho de la hazaña y convertirla en un auténtico espectáculo.
Y ahora una pregunta más aventurada, ¿qué pasaría si se encontraran rastros de vida en el Planeta rojo? Ideas como esta rondan la cabeza de muchos y la primera respuesta que aportan las teorías de la conspiración y la ficción es: tal vez los gobiernos no difundirían el hallazgo. Lo más oportuno es pensar con cabeza fría, bajo un idealismo pragmático de colonización planetaria. Después de todo, sería una oportunidad para iniciar desde cero y esta vez hacerlo bien, sin recurrir a la exagerada explotación de recursos como la que se da en la Tierra. Fuera de la fantasía que plantean el cine y la televisión, un hallazgo de tal magnitud nos serviría para aprender de qué forma subsisten los organismos en otras regiones del universo.
Los primeros vuelos comerciales estarían destinados a conocer los recientes descubrimientos o a transportar vacacionistas, lo cual no está lejos de nuestro presente. La empresa británica Virgin, pionera en vuelos trasatlánticos, en 2004 se adentró en la carrera espacial con Virgin Galactic y la premisa de realizar vuelos turísticos al Espacio por una cantidad accesible sólo para unas cuantas personas.
Viajes interespaciales ya no son una locura, Virgin Galactic quiere hacerlos realidad
Hace un par de semanas se abrió una convocatoria para que todos los interesados, hicieran un viaje sin retorno a Marte. La condición, además del gasto monetario, es que los seleccionados participen en un reality show. El llamado lo realizó One Mars, empresa holandesa que prevé enviar a 4 personas en 2023, y para la promoción, se mostró una serie fotográfica de cómo sería la vida en ese lugar, realizada por los artistas Nicholas Kahn y Richard Selesnick.
Vayamos ahora a lo que realmente significaría una visita a Marte. Estaría más allá de contemplar la erosión o los cielos pintados por los elementos químicos de la atmósfera. El principal objetivo sería científico: averiguar el desarrollo de la vida animal o vegetal –exportada de nuestro planeta– y probablemente, descubrir ciudades enterradas a kilómetros de profundidad.
La ciencia ficción plantea escenarios exagerados, pero que sin duda serían interesantes. Como sucede en la película Prometheus, de Ridley Scott, nuestra exploración a los confines del cosmos podría conducir al descubrimiento de civilizaciones avanzadas. Científicos de todo el orbe están de acuerdo en que tan sólo por estadística, nuestra galaxia es capaz de alojar millones de mundos en los que la vida no sólo es viable, sino garantizada. Hasta el momento, desconocemos si existieron antiguas sociedades marcianas o vida en aquél planeta. Únicamente sabemos de la presencia de elementos químicos que quizá permitieron la existencia de organismos hace millones de años.
Y tenemos otro planteamiento, ¿y si no se encuentra más? Las ideas futuristas se vendrían abajo, conocer un planeta seco, solo y llano llamaría la atención de pocos, estaríamos simplemente frente a un astro más dentro del sistema solar.
Hay probabilidades de que Marte haya sido hogar para la vida... hace miles o tal vez millones de años
Lo cierto es que afirmar que somos los únicos con vida inteligente en el espacio es un poco ingenuo; el físico Neil Degrasse Tyson lo expresaba con la siguiente frase: “decir que somos los únicos en el universo es como ir al océano, meter un vaso al agua y decir ‘No hay ballenas en el océano. Estos son mis datos’. Necesitas una muestra ligeramente más grande”. Es necesario continuar explorando.
Mientras tanto, todos tendremos nuestras hipótesis y hasta afirmaciones respecto a ese intrigante planeta, sujeto de muchas obras literarias, cinematográficas y utopías que podrían hacerse realidad es un futuro no muy lejano.
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