Ante lo grave del cambio climático la pregunta obligada es qué pasará con la agricultura. ¿Pasaremos por un apocalipsis alimenticio? ¿Tendremos que conformarnos con papas como en The Martian? Al parecer no hay tantas razones para preocuparse, pues la compañía japonesa Spread dice que la clave será optimizar la producción con ayuda de robots.
A diferencia de una granja tradicional, las de Spread tienen apariencia de fábricas porque, de hecho, lo son. Su concepto está basado en las granjas verticales, así que las parcelas están apiladas una sobre otra en anaqueles acomodados sistemáticamente dentro de almacenes. Toda la cosecha recibe luz de LEDs calibrados para optimizar el desarrollo de los vegetales —con lo que ahorra 30% de energía—, mientras que 98% del agua utilizada se recicla.
En pocas palabras, es una maravilla de la tecnoagricultura. La ventaja de este sistema es que casi todo estará automatizado, ya que brazos robóticos se encargarán de poner las semillas, regar las plantas y cosechar cuando llegue el momento apropiado. El vocero de Spread, J.J. Price, dice que otra ventaja de mantener la cosecha en un ambiente cerrado y controlado es que las plagas muy difícilmente arruinarán los vegetales, mientras que los pesticidas y herbicidas "se quedarán adentro", por lo que no hay impacto para el medio ambiente.
La primera granja de este proyecto —que se llama The Vegetable Factory— estará lista en 2017
Es irónico que algo tan tecnológico sea más amigable con la naturaleza, aunque la intención de Spread no es tanto proteger el equilibrio ecológico, sino ayudar a mejorar las técnicas de agricultura. Con esto, dicen, también se abarata el costo de la producción y en consecuencia bajan los precios para el consumidor. "Nuestra misión es ayudar con la creación de una sociedad sustentable en la que las futuras generaciones no tengan que preocuparse por la producción alimenticia".
Aunque podría parecer que es el inicio del fin para los granjeros, Spread asegura que estas fábricas simplemente crearán nuevas oportunidades laborales para la gente capacitada, pues en lugar de revisar las cosechas de manera rudimentaria, los tecnogranjeros podrán usar datos precisos para optimizar aún más la producción. Y es que cada sección de la granja tendrá sensores que registrarán el avance del desarrollo; si una parcela está creciendo mal, el encargado puede hacer ajustes para corregir el problema y garantizar una cosecha de la mejor calidad.
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