Cuando salgo de mi casa en las mañanas, nunca sé con cuántas chamarras cargar porque el clima cada vez está más loco, llueve en primavera y hace calor infernal en otoño. Con el calentamiento global, es más difícil predecir qué pasará con el ambiente.
Hay muchos científicos de climatología e informática tratando de hacer una computadora que pueda predecir a dónde vamos a llegar con el cambio climático y sus efectos, pero se dieron cuenta que para lograr esos cálculos, una súper máquina gastaría la misma energía que 200,000 casas: $20 millones de dólares anuales. El dinero no es tanto problema como la contaminación que generaría. Por el momento, mejor nos quedamos sin saber.
Para prever el cambio del clima, una computadora hace ecuaciones sobre la interacción de la física, dinámica de fluidos y química. Estos cálculos son tantos que tardarían varias semanas y luego tendrían que recalcularlos cientos de veces más con otras variables.
Esas operaciones sólo las podría hacer un ordenador 100 veces más rápido que el más potente que tenemos hasta ahorita. Esas máquinas mega potentes se llaman exascale y hacen un trillón de cálculos por segundo, pero gastan muchísima energía.
Los climatólogos mejor están esperando que se desarrollen máquinas que consuman menos energía que un exascale.
Krishna Palem, especialista en informática, tiene una idea para lograr los cálculos sin tanto gasto. Él cree que si se eliminan transistores que aumentan la precisión, bajaría la energía consumida y los procesamientos se harían más rápido.
“Por lo general, los cálculos científicos como los de modelos meteorológicos y climáticos son intrínsecamente inexactos. Hemos demostrado que utilizar técnicas de computación inexactas no tiene por qué menoscabar la calidad de la simulación meteorológica y climática”.
Palem dice que aunque los cálculos no sean tan precisos, siguen sirviendo; de todas maneras, siempre hay marco de error. Por el momento, es de las propuestas más viables para estar un paso adelante del humor del clima sin afectarlo tanto.
En lo que se deciden, seguiremos confiando ciegamente en la predicción del clima de Google.
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