Todos los gamers del mundo tienen su mirada fija y toda su atención centrada en el E3, el evento más importante de la industria de los videojuegos. Es en esta expo donde la rivalidad entre Sony y Microsoft llega a su clímax, cada compañía muestra sus mejores cartas para hacer felices a sus seguidores o ganar la simpatía de los indecisos.
Muchos le han dado la “victoria” de esta lucha de egos corporativos a Sony por su brillante y dinámica presentación. Mientras Microsoft nos hizo pensar en el futuro del gaming y la decadencia de las consolas, Sony se enfocó en la esencia de esta industria: los videojuegos.
La mayoría de medios y conocedores apostaban por la presentación de una nueva versión del PlayStation 4, pero esto no sucedió. En su lugar, Sony dió una conferencia llena de juegos nuevos, regresos triunfales de franquicias, personajes y hasta desarrolladores.
Entre todo el brillo y la emoción de estos nuevos juegos resaltó el agresivo enfoque de PlayStation para su plataforma de realidad virtual. Resident Evil VII, Final Fantasy, Batman, Star Wars… Una alineación de lujo para el PlayStation VR que saldrá en octubre y que marca la pauta a seguir de esta compañía.
PlayStation hizo muy bien en enfocarse en los juegos más que en el hardware, nos quedó claro que la realidad virtual es un complemento y ese precisamente es uno de los problemas. Sony no sabe aún si existirá una próxima encarnación de su consola y le apuesta en grande a las experiencias inmersivas. Claro que hay una tendencia en esta modalidad de entretenimiento, pero lo mismo pasó con los controles de movimiento y no hace falta decir que no llegamos muy lejos con eso.
El gran rinoceronte en la habitación es el precio de este “complemento”, $399 dólares es un precio prohibitivo si consideramos que es el mismo precio del PS4. Con todo y sus inmejorables ventas, Sony no puede pretender que los consumidores gasten el equivalente a una consola en un dispositivo de realidad virtual —y mejor ni hablamos del precio que puede alcanzar en regiones como latinoamérica—.
Ningún sistema de entretenimiento vende sin contenido —ahí te hablan Wii U—. Sony promete 50 títulos para el lanzamiento del PlayStation VR, y a pesar de que lo mostrado en su conferencia puede emocionar a cualquier fan, no hemos visto algo que justifique la compra de ese dispositivo. Debemos recordar que estas conferencias están diseñadas para emocionarnos: trailers cinemáticos no se traducen en fluidez de gráficos en el producto final, música épica y acción desenfrenada en un avance no necesariamente culminan en un juego divertido, lo hemos visto antes.
Aún quedan un par de días de E3 y nuestros hermanos de Level Up se encargaran de traer la mejor cobertura y análisis de esto, pero mientras eso pasa te invito a que relajes un poco el hype y esperes antes de hacer la preventa de un aparato del que aún sabemos muy poco. PlayStation dio un gran show, el mejor en varios años, de eso no hay duda, pero recuerda que muchos shows no son más que humo y espejitos.
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