Es inevitable reconocer el paso de Nintendo por el mundo de la tecnología aplicada al entretenimiento. Seamos claros, la marca japonesa creadora de Super Mario, no descubrió el hilo negro, muchas —si no es que todas— las tecnologías presentes en su hardware tenían años existiendo: controles de movimiento, pantallas táctiles, controles inalámbricos, vibración, etc. Sin embargo lo que sí ha inventado Nintendo es la forma en la que se usa dicha tecnología en pro de una experiencia de juego completa, de ahí que los activos más importante de la marca sean su personajes y propiedades intelectuales, dicho de otra forma: sus juegos.
Pues parece que no son los únicos que pueden hacer esto, Anki Overdrive es un ingenioso juguete que sobrepasa las barreras de su propio medio. Imagina Mario Kart, pero en formato de pista de carreras de juguete. Imagina cochecitos a control remoto capaces de atacarse unos a otros y sufrir diferentes efectos al puro estilo de caparazones rojos y cascaras de plátano. Todo eso es posible gracias a la convergencia de una idea popular, un juguete clásico y el poder de los smartphones.
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El Anki Overdrive funciona sobre pistas de vinilo que se conectan magnéticamente permitiendo una variedad de pistas bastante amplia, hasta ahí nada nuevo. Lo interesante viene cuando pones a correr a tus pequeños vehículos usando un smartphone a modo de control, desde el cual tu cochecito te hablará y dará instrucciones. Puedes mandar castigos y ver como el vehículo rival disminuye su velocidad o se detiene completamente, subir de nivel, adquirir nuevas habilidades… ¡Incluso tiene un modo para un sólo jugador!
El kit de inicio de esta mezcla perfecta de los juguetes tradicionales y digitales tiene un precio de $150 dólares, puedes comprar pedazos de pista y autos adicionales a los que ya vienen incluidos, todo a través de Amazon.
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