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Hoy se celebra el día de Ghostbusters, ¡la película original cumple 32 años!

Conoce la verdad sobre la cinta que marcó a una generación y cuál es la razón principal de tanto odio hacia el remake

Un día como hoy pero de 1984, una de las películas más taquilleras de los 80 y que marcó generaciones fue estrenada: Ghostbusters. A muchos nos maravilló por sus efectos visuales y además porque, nunca antes, habíamos visto a nuestra corta edad que cuajaran tan bien en el cine temas sobrenaturales y la comedia, de manera "épica".

El 8 de junio de 1984 no sólo es una fecha importante por el estreno de Ghostbusters. Ese mismo día, la película dirigida por Ivan Reitman compitió con otro clásico, igual de entrañable para algunos, Gremlins. Los Cazafantasmas no sólo le ganó a Gremlins la contienda en taquillas (se mantuvo durante 7 semanas consecutivas en el primer puesto de popularidad en las salas de cine), sino que su éxito continuó y se adjudicó el cariño de unos fans que ahora se muestran aguerridos y enfadados, pues aquella cinta que tanto aprecian muy pronto será reinventada.

En los últimos meses, una lluvia de dimes y diretes relativos al remake ha rociado los terrenos del consagrado Internet. Mientras una campaña fuerte y entusiasta de publicidad navega por redes sociales y sitios informativos, una hueste de fanáticos desaprueban a capa y espada su realización, temen que esta reinterpretación ensuciará el nombre de un preciado tesoro, considerado así a su parecer. Y no los culpo, a mí también me inquietó saber los grandes cambios que va a traer consigo la nueva cinta.

Si hacemos un ejercicio de retrospectiva y mantenemos la cabeza fría, nos podemos dar cuenta de que todos los reclamos parecen ilógicos. ¿Por qué queremos que se mantenga la esencia de aquella película que nos emocionó si en realidad no es una maravilla del séptimo arte? En su tiempo, Ghostbusters fue criticada por varios de sus elementos: los chistes, la trama y los personajes estaban sustentados solamente en una "fiesta de efectos especiales". Por más que destaquemos la actuación de Bill Murray y otros aciertos del guión, no deja de ser un filme que hoy en día bien podríamos adjudicarle el tan mentado eufemismo "palomero" (mismo que, seamos sinceros, indica que aprobó por unas cuantas décimas la calidad promedio, es más "malo" que bueno).

La verdadera razón que subyace bajo las protestas acerca del cambio de género de los protagonistas, los efectos especiales y el humor del remake (y del remake en sí) parece ser un problema de nostalgia, más que de otro asunto. Tenemos en altar y sobrevaloramos Ghostbusters porque nos recuerda un momento crítico de nuestras vidas, en que la capacidad de sorpresa estaba en su apogeo; asimismo, su estreno se presentó en un momento adecuado, "fértil", donde Ghostbusters se erigió como favorita de la audiencia ya que conectó "con la misma en un nivel emotivo interesante". Nos sorprendimos al ver caminar al hombre malvavisco por Nueva York, al presenciar cómo los cazafantasmas utilizaban todos sus artilugios para apresar cualquier espectro, poltergeist o fantasma que se les cruzara en el camino. ¿Cómo se atreve Paul Feig a sustituir esos recuerdos invaluables mediante el remake? La realidad es que a la mayoría de los quejosos le tiene miedo al cambio, y se resiste a él.

Debemos entender que, si se hiciera un remake hecho para los seguidores, no tendría el mismo impacto que tuvo en 1984, e igualmente que las ideas que una vez fueron frescas siempre acaban por pudrirse, que nuestras memorias y las de toda una generación seguirán un proceso similar. También debemos tener en cuenta la forma en que trabaja actualmente el negocio del cine: en gran medida se apoya de remakes, explota las franquicias con las que el público está más conectado.

Hay que estar agradecidos por la existencia de una nueva película de Ghostbusters y celebrar que el legado de la franquicia sigue vigente. Sí, la cinta no contendrá el elenco original ni reúne los requisitos que muchos quisiéramos, pero algo es algo, ¿no crees? Y no seamos hipócritas, seguramente la veremos el día de lanzamiento (15 de julio de 2016, en México) —a partir de ese momento, podremos criticarla; mientras tanto, todos los reproches carecen de validez—. Si Dan Aykroyd aprueba el remake, ¿por qué a ti no habría de gustarte?

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