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¡Bada bing, bada bang! ¡Beakman volvió!

La importancia de la divulgación científica en la era de los youtubers

Me gusta la ciencia, de verdad —y no por que esté de moda ser geek— lamentablemente mis profesores en la primaria y secundaria hicieron todo lo posible por alejarme de ese preciado conocimiento, en aquel entonces las explicaciones de química, física y biología eran insufribles.

Como fui parte de esa generación que vivió el Internet sin YouTube ni Wikipedia, mi curiosidad infantil tenía que arreglárselas con lo que teníamos a la mano. Me gustaría decir que en casa sobraban libros y material didáctico, pero la verdad es que crecí jugando en las maquinitas y viendo televisión. Fue en la TV donde conocí a uno de mis más grandes héroes.

El Mundo de Beakman fue un programa crucial en la educación de muchos jóvenes, y eso quedó demostrado cuando en 2014 la Facultad de Ciencias de la UNAM, invitó al actor Paul Zaloom a presentarse en el marco del aniversario número 75 del Instituto de Física, logrando un lleno sin precedentes.

Los divulgadores científicos son muy importantes y recientemente han ganado cierta notoriedad. Carl Sagan y Stephen Hawking son 2 nombres que saltan por sus esfuerzos para esparcir el conocimiento, más recientemente Bill Nye y Neil DeGrasse Tyson se han hecho presentes en muchos medios y han ganado respeto y popularidad. Para los latinos y en especial para mi generación, Beakman fue quien nos hizo comprender y divertirnos con la ciencia.

El canal de YouTube Captain Disillusion trajo de vuelta a Beakman para un episodio especial que te pondrá la piel chinita.

Vivimos en la era de la información, nos sobran medios y redes en los cuales buscar y compartir toda clase de cosas, lamentablemente la superstición y la paranoia abundan. En el canal de CaptainDisillusion, el personaje titular se dedica a demostrar lo fácil que es falsificar videos y las numerosas formas en las que podemos caer en fraudes mediáticos, todo esto de forma fácil, con un toque gracioso e inteligente.

Es notable cómo este canal que existe desde hace 7 años y que cuenta con una calidad excelente en producción y contenido, apenas llega a los 178 mil suscriptores, mientras que del otro lado del universo YouTube, canales como el del famosísimo Werevertumorro cuenta con 11 millones de fieles seguidores. Deprimente, ¿no crees?

¿Es en serio? ¿Esto tiene 1 millón de vistas? #iDontWantToLiveinThisPlanetAnymore
¿Es en serio? ¿Esto tiene 1 millón de vistas? #iDontWantToLiveinThisPlanetAnymore

Existe un sentimiento generalizado de superioridad ante todo aquel que vea televisión abierta, nos creemos más inteligentes por consumir “libremente” las opciones de entretenimiento que existen en Internet y nos burlamos de las personas a las que les gusta el humor de Adal Ramones, mientras que endiosamos youtubers que repiten exactamente ese tipo de humor y a quienes hemos enriquecido viendo sus videos de poca calidad y contenido.

El Mundo de Beakman terminó en 1998 y este breve regreso no solamente me hizo recordar mi infancia, me hizo recordar que la ciencia es divertida y al mismo tiempo me alarmó al ver lo mal que usamos todo este poder que tenemos —literalmente— en la palma de nuestras manos. No basta con infografías de Pictoline ni Vines de PlayGround, nos hacen falta más como Sagan, más como Neil, y definitivamente nos hace falta más Beakman.

No todos los héroes usan capas, algunos usan batas de laboratorio
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