Jugar es parte clave del desarrollo de cualquier persona, desde que la humanidad existe se tiene registro de esta actividad, en forma de deportes, en forma de canciones y desde luego en forma de juguetes. Con el paso de las eras, los juguetes han evolucionado, pero lo que no cambia es la forma en la que jugamos: como se nos da la gana.
Si algo demostró Lego, es que el mejor juguete es aquel con el que puedes hacer lo que tu quieras, de tal forma que pueden existir cientos de juguetes pensados para un fin particular, y siempre habrá niños —y adultos— que los usen de otras formas, puedes jugar quemados con balones hechos para futbol, usar tu barbie doctora como un superhéroe, o incluso puedes armar castillos con cajas para electrodomésticos, la imaginación es el límite. Lo mismo aplica con los videojuegos.
Contrario al cine, la televisión y la lectura, los juegos de video son un entretenimiento interactivo, es decir que para funcionar necesitan forzosamente que hagamos algo. Muchos creen que se trata solo de mover palancas y apretar botones, pero la realidad es mucho más compleja.
Reacción, coordinación, reflejos, solución de acertijos, paciencia y trabajo en equipo, son habilidades que se desarrollan con los videojuegos, pero sin duda una característica que mejor se desarrolla en algunos gamers es la creatividad. Jugar con Legos es fácil, puedes hacerlo siguiendo las instrucciones o armar algo totalmente nuevo desde el comienzo, pero con un videojuego las posibilidades de alterarlo son limitadas, ya existe un código y necesitas conocerlo bien antes de romperlo.
Desde que existen los juegos para computadora existen los mods, personas que intentan mejorar o simplemente agregar algo extra a lo ya construido por diseñadores y desarrolladores. Pero no todos tenemos los conocimientos en informática —o el talento— para modificar mundos enteros, así que simplemente buscamos añadirle un extra a nuestras partidas con reglas customizadas y dinámicas especiales: speedruns, drinking games, retos, etc.
Esto no ha pasado desapercibido por los grandes estudios, quienes ante la tremenda popularidad de los mods y los editores que existen en la red, han permitido y en ocasiones lanzado juegos totalmente basados en este principio. Los mundos abiertos se transforman en campos fértiles para la creatividad de los jugadores.
Si no esta roto no lo arregles, pero deja que tus usuarios lo modifiquen.
Recientemente Microsoft mató uno de sus proyectos más ambiciosos en este terreno, Project Spark. El juego/motor gráfico/editor de niveles que prometía traer a Conker de vuelta a la vida —pobre Conker, entre esto y el juego que le planean para HoloLens nomás le han quitado la dignidad que tenía—. Si tanto nos gusta crear cosas ¿porque la gente no respondió a Project Spark?
Sí, los gamers somos creativos y nos gusta hacer nuestros propios niveles, pero el secreto es que nos gusta hacerlo en un ambiente controlado, con herramientas sencillas. Si nos dan demasiada libertad no sabemos por dónde empezar. Es por eso que aunque Minecraft tiene millones de usuarios no todos hacen cosas destacables, es por eso que juegos como Disney Infinity, Little Big Planet y Super Mario Maker tuvieron tanto éxito, por qué podemos hacer lo que queramos dentro de un marco de referencia, podemos desafiar ese esquema y crear cosas a su margen.
La integración de algún modo de edición o construcción es cada día más y más común. Esta semana el estudio 434 Industries, anunció que su editor de mapas para Halo 5 llegará de forma gratuita a Windows 10, lo que significa que cualquiera que quiera crear terrenos de juego para Halo 5 puede utilizar esta herramienta y compartirla en internet.
Microsoft intentó hacer lo mismo con Project Spark, pero no tuvo el alcance necesario, su principal falla es que no ofrecía un juego base, una experiencia desde la cual los jugadores se sintieran atraídos por la idea de romper las reglas. Hay otros juegos que han logrado ofrecer un lienzo en blanco y que los jugadores lo llenen, pero parten de una aventura inicial, dinámicas establecidas o mecánicas de juego diferentes.
Lego lo sabe desde hace mucho tiempo, no se trata solo de dar herramientas y esperar que los niños armen la estrella de la muerte. Hay que darles instrucciones, las piezas precisas y llevarlos de la mano en la construcción de algo predeterminado, después la creatividad de cada quien se encargará del resto.
Deja tu comentario