Amazon reveló, en un comunicado publicado en su página de Internet, que su disputa con la casa editorial Hachette sólo tiene el objetivo de asegurar precios más bajos para los ebooks. La compañía asegura que los libros electrónicos no incurren en muchos gastos clásicos atribuidos al modelo editorial tradicional y que fijar precios de $14.99 y $19.99 USD es injustificable.
“Con un libro electrónico no existe la impresión, exceso de ejemplares impresos, no hay necesidad de hacer proyecciones, no hay devoluciones, no hay ventas perdidas por falta de inventario, no hay costos de almacenamiento, no hay costos de transportación y no hay un mercado secundario, los libros electrónicos no pueden ser revendidos como libreos usaros. Los libros electrónicos deberían ser menos caros.”, se lee en la declaración de la empresa.
Por otro lado, Amazon asegura que el negocio de los libros electrónicos responde rápidamente a las variaciones de precio, por lo que si este aumenta, el público inmediatamente deja de comprar y, aparentemente, esos cambios se pueden medir rápidamente. Según los estimados reportados por Amazon “por cada copia que un libro electrónico vendería a $14.99 USD, este vendería 1.74 copias si el precio fuera de $9.99 USD.” Esto quiere decir que si se vendieran 100,000 copias de un libro a $14.99, la editorial ganaría $1,499,000 USD, pero si vendiera 174,000 unidades a $9.99 USD, obtendría ganancias de $1,738,000 USD, lo que representa un incremento de utilidades de 16%.
Posteriormente, Amazon explica que fijar un precio más bajo a los ebooks representa beneficios para todos los involucrados: los clientes pagan 33% menos, el autor recibe regalías con un incremento de 16% y su base de lectores aumenta 74%, y, finalmente, tanto la editorial como el vendedor se benefician del aumento de utilidades explicado anteriormente. Amazon también explica que, obviamente, no todos los libros electrónicos deberían costar $9.99 USD, según ellos, algunos textos especializados podrían tener un precio más elevado. Según la compañía, las ganancias se repartirían de la siguiente manera: 35% para el autor, 35% para la editorial y 30% para ellos, porcentaje que Amazon asegura, fue determinado por Hachette en 2010.
“Esperamos que esta información acerca de nuestros objetivos sea útil.”, se lee al final del comunicado de la compañía.
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