¿De qué trata la Estrategia Digital Nacional?

La semana pasada, el presidente Enrique Peña Nieto presentó la Estrategia Digital Nacional que seguirá su gobierno durante este sexenio. Resumida en 5 objetivos y 5 habilitadores, la propuesta plantea metas ambiciosas para el desarrollo del país, pero también incurre en graves omisiones en temas clave como la seguridad o los derechos humanos. Si aún no sabes de qué trata esta iniciativa federal, aquí te la explicamos.

¿Qué dice la Estrategia Digital Nacional?

La EDN es un plan del gobierno federal para el aprovechamiento de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), de modo que sirvan para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Contiene 5 objetivos:

1. Transformación gubernamental. Este punto se centra en la manera en que los ciudadanos se relacionan con el gobierno por medio de la tecnología. Está enfocado, primordialmente, en la experiencia de la ciudadanía con los servicios públicos y los trámites.
2. Economía digital. Se centra en el impulso a la economía mediante el uso de la tecnología, como el comercio en línea, la banca móvil y el emprendimiento digital, entre otros. Se enfoca en estimular a las empresas para estimular la productividad y competitividad.
3. Educación de calidad. Se trata de la adopción de las TIC para la creación de una sociedad de la información. Entre sus objetivos está la creación de universidades digitales, mejorar la gestión educativa y crear una agenda digital de cultura. Representa uno de los retos más grandes del país.
4. Salud Universal y Efectiva. Sin duda, uno de los puntos innovadores de la estrategia. Se enfoca en aumentar la cobertura de salud y hacer más eficiente el uso de los recursos. Entre las propuestas está generar un padrón único de beneficiarios e implementar versiones electrónicas de expedientes clínicos, cartillas de vacunación y certificados de nacimiento.
5. Seguridad ciudadana. El objetivo ambiguo de la estrategia, ya que aborda temas relacionados con la denuncia ciudadana y prevención de la violencia, pero poco (o nada) con privacidad y derechos humanos. Destaca como objetivo secundario, la prevención en caso de desastres naturales, después de lo sufrido con los huracanes Ingrid y Manuel.

Estos 5 objetivos podrían considerarse categorías verticales, y a ellos se suman 5 habilitadores, cuya naturaleza es transversal, es decir, intervienen en cada uno de los objetivos.

1. Conectividad. Se refiere a la infraestructura mexicana para las redes en el sector nacional. Se cruza también con las tareas de telecomunicaciones, sobre todo en los temas de instalación radioeléctrica, satelital y de fibra óptica.
2. Inclusión y habilidades digitales. Se enfoca en la reducción de la brecha digital, sea por género, edad o nivel socioeconómico. Propone una Campaña Nacional de Inclusión Digital.
3. Interoperabilidad. Un habilitador que funciona más hacia el interior del gobierno, en el que se busca que la información entre las dependencias sea interoperable.
4. Marco jurídico. El sustento legal necesario para posibilitar los demás objetivos. Es uno de los puntos más delicados de la agenda, ya que de éste dependen no sólo las facultades, sino también las sanciones.
5. Datos abiertos. La apuesta del gobierno por los datos abiertos tiene varias lecturas. Por un lado, hay un apoyo visible para la creación de un gobierno abierto, especialmente para la reutilización de bases de datos. Sin embargo, la apertura de datos no necesariamente se traduce en transparencia gubernamental, algo que deberá cuidarse durante este periodo.

Ahora analicemos los pros y contras, punto por punto.

Transformación gubernamental

Como se lee en el desglose de objetivos y habilitadores, la estrategia planteada por el presidente es muy ambiciosa. El analista Jesús Romo afirma que este enfoque es cercano a la Nueva Gestión Pública, en la que “los ciudadanos también somos clientes de los servicios del gobierno y nuestra satisfacción es criterio de mejora y gestión.”

En ese sentido, la apuesta de la Estrategia Digital Nacional es clara: simplificar la burocracia (o al menos, intentarlo) mediante el uso de tecnologías de información. Esto también se ve reflejado en la búsqueda de la interoperabilidad, por lo que la simplicidad debería darse tanto en un eje vertical (entre gobierno y ciudadanía) como en uno horizontal (entre las dependencias de gobierno).

Alejandra Lagunes, responsable de la estrategia, indicó en una entrevista que hay resistencia de las dependencias a entender el ahorro que implica el uso de las tecnologías de información y comunicación. El reto es ambicioso: digitalizar 7000 trámites federales mediante un portal especializado, así como 11,000 que son responsabilidad de los gobiernos municipales, para finales de 2014.

Economía digital

En el terreno económico, la EDN se plantea objetivos como la activación del comercio electrónico o el desarrollo de un mercado de bienes y servicios digitales. El tema de la infraestructura y de la inclusión digital son cruciales para esta meta: sin consumidores, no hay mercado. Simple.

Bárbara Anderson, directora de Innovación Editorial de Grupo Milenio y columnista de negocios, hace una crítica interesante a la estrategia federal. De acuerdo con su proyección, México es —junto con India, China y Pakistán— uno de los mercados que más crecerá en comercio electrónico; en buena parte, porque el consumidor mexicano gasta más que sus contrapartes argentinas o brasileñas, por poner un ejemplo.

“México es visto como una potencia en cuanto (…) al crecimiento del comercio electrónico sin agendas digitales de por medio”, afirma Anderson. En ese sentido, el reto está en ver cómo el gobierno puede funcionar como un catalizador. Será una prueba de fuego para saber si iniciativas como el Instituto Nacional del Emprendedor, serán capaces de detonar este entorno económico digital.

Educación de calidad

Para el éxito de la estrategia, será fundamental que el objetivo de educación y el de inclusión digital sean compatibles y dirijan sus esfuerzos de manera simultánea. El tema de la tecnología dentro de la educación pública tiene un pasado escabroso, con apuestas rimbombantes como Enciclomedia que presentaron magros resultados en el sexenio de Vicente Fox; o las promesas de campaña por iPadizar la educación.

Se antoja difícil que este objetivo tenga avances sustanciales, sobre todo porque el tema de la calidad educativa en México es uno de los grandes elefantes en la habitación durante cada gestión. En específico, la apuesta debería ser por la capacitación de los docentes como primer paso, antes de arrojar propuestas más ostentosas, como la ampliación de la oferta de universidades digitales.

A su vez, los esfuerzos de inclusión van a la par de los de conectividad, pues no sólo se debe garantizar el acceso a las telecomunicaciones, sino que se obvian del discurso las regulaciones para operadores de servicios. Si bien son temas que competen más a la Ley Federal de Telecomunicaciones, son un punto de paso obligatorio si de verdad se quiere democratizar el acceso a la red.

Salud Universal y Efectiva

Este punto podría haberse incluido dentro del objetivo Transformación Gubernamental. Sin embargo, su alcance es vasto, puesto que se trata de poner en regla el sistema de salud mediante el uso de las TIC para centralizar información. De nuevo, el habilitador de la interoperabilidad es crucial para el desarrollo de este plan.

La estrategia plantea unificar la información de los diferentes subsistemas para generar un padrón único de usuarios, algo además de importante, urgente si se busca optimizar la asignación de recursos. No obstante, regresamos al mismo punto: sin inclusión y sin infraestructura, no se beneficiará a un sector importante de la población.

La generación de documentos digitales como el expediente clínico electrónico, el certificado de nacimiento electrónico y la cartilla electrónica de vacunación serán un éxito en la medida en que el padrón único pueda ser implementado. Sin duda, el punto más innovador de este objetivo es la telemedicina preventiva, que retoma el enfoque de la administración anterior (orientado a la educación en la salud), pero potenciado por las herramientas digitales.

Seguridad Ciudadana

El eslabón más débil de la estrategia debido a su ambigüedad. Como señala el abogado Antonio Martínez, la idea de instrumentos digitales para la prevención de la violencia puede justificar el uso indiscriminado del espionaje a la ciudadanía o la criminalización de ciertas actividades. En este punto, el marco jurídico es esencial para conocer los alcances y limitaciones que existirán.

Por desgracia, iniciativas como el Código Nacional de Procedimientos Penales (que permite la obtención de datos de geolocalización bajo sospecha y sin orden judicial) o la Ley Beltrones (que faculta al Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial a hacer censura previa por violaciones de copyright) están en contra de las libertades individuales. En la práctica, la Estrategia Digital Nacional es incompatible con las medidas que promueve la legislación interna o la adopción de tratados internacionales como el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés)..

Lo más destacado es el tema de innovación cívica, donde se abre (un poco) la puerta al tema de hacking cívico y datos abiertos. Pese a la descripción somera, es una de las aristas donde habrá más participación cívica; sin embargo, el gobierno —y la propia sociedad— debe cuidar que esta oportunidad no se convierta en un solucionismo o, como también advierte Martínez, en una explotación del talento. Además, éste podría ser el único resquicio para abordar el tema de software libre o el gasto gubernamental en licencias, 2 temas ausentes en la estrategia.

Imágenes:
Portada: (cc) Gates Foundation
Fila: (cc) M I L I N T O C / Flickr
Educación: (cc) Gobierno de Guatemala / Flickr
IMSS: (cc) YoSeLiN / Flickr