Aunque siempre fascina tener lo último en tecnología, el presupuesto no siempre se ajusta, o tal vez necesitamos una opción barata para tener comunicado a nuestros hijos y para esos casos el MotoSmart se antoja como una solución ideal, con su cuerpo de alta resistencia a cambio de especificaciones realmente bajas.

Causando una excelente primera impresión, esta modesta propuesta de Motorola cuenta con una sólida armadura de aluminio, si bien en diseño simple rematado con detalles muy discretos. Es un producto muy agradable a la vista, y con mucho estilo, pero lo más importante es que para su reducido precio es, al menos por fuera, uno de los teléfonos de gama baja más interesantes del mercado.
El problema es cuando echas un vistazo a su interior. Verás, el sistema operativo es la versión más arcaica de Android en esta generación, Gingerbread 2.3.6, afortunadamente, en un sabor muy al estilo Motorola. Eso significa que todas las funciones están personalizadas para un acceso rápido, y para ejemplo, la pantalla de inicio presenta siempre las aplicaciones y contactos más utilizados. Incluso en la pantalla para desbloquear puedes ir directamente a tus mensajes, a las opciones de llamada, o a la cámara.
Hablando de capacidades fotográficas, las virtudes del MotoSmart encuentran punto flaco en la cámara, que más allá de una limitada resolución de 3 megapixeles, toma las peores imágenes en los dispositivos de actualidad. A menos que planees sacar foto a revistas y documentos, los resultados son mediocres, la profundidad casi no se nota, y el granulado es excesivo, defectos que se evitan únicamente cuando hay iluminación perfecta. Basta decir que el follaje de un árbol luce como mancha de musgo. Con el video sucede lo mismo, no hay muchas opciones de configuración y lo que captures se verá medianamente bien mientras lo visualices en la reducida pantalla del teléfono.

La pantalla es otro punto lamentable del MotoSmart que en 3.5 pulgadas aglomera 320x240 pixeles, algo que ante los estándares del presente se siente muy limitado. En general no tiene pésimo desempeño, pero si acostumbras la navegación web deberás acostumbrarte a usar zoom todo el tiempo.
La pila está lejos de cumplir con todas tus necesidades diarias, aunque si eres cuidadoso puede rendirte hasta 5 horas de tratamiento rudo. Irónicamente no hay mucha sustancia para explotar la energía, pues fuera de conectarte a Internet, las funciones multimedia del teléfono están limitadas por la capacidad de ejecución (fijada en 150MB). Sobra decir que además de sofocar tu entusiasmo por la música o los videos, casi no puedes instalar aplicaciones.
No hay razones para odiar completamente al pobre MotoSmart, tiene su mérito en accesibilidad y cumple las funciones básicas de todo smartphone, no obstante, sus limitaciones son suficiente freno para enamorarse, en especial cuando hay otros dispositivos más eficientes y con mejor diseño. Si buscas una solución barata, y eres un fiel seguidor de Motorola, no lo dudes, pero quedas advertido de los contratiempos.
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