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La innovación es un tema delicado, en especial para las compañías de smartphones: si apuestas por algo completamente novedoso, corres el riesgo de alejar a tus fieles seguidores, pero al apegarte a un concepto probado y eficaz, podrías hacer que la gente pierda interés. LG prefirió atacar el punto medio con su nuevo G4, pues tomó las fortalezas del modelo anterior —el G3— y las mejoró, para crear una propuesta elegante, más eficiente y que garantiza una experiencia muy satisfactoria.

Diseño refinado, pero nada revolucionario

Seré sincero, la primera impresión que tuve del G4 no fue tan emocionante, ya que
a simple vista guarda demasiadas similitudes con su antecesor: el diseño de ambos es idéntico, los controles están en la misma posición —incluyendo el ya popular Botón Trasero™ —, comparten algunas especificaciones técnicas y hasta en las dimensiones se parecen. Sólo hasta que tuve el nuevo teléfono en mis manos me di cuenta de las mejoras; ese detalle es importante, porque estoy seguro de que la mayoría de la gente que vea el equipo en una tienda no entenderá cuál es la verdadera diferencia.

La realidad es que aun si se trata de una criatura tecnológica distinta, jugar a la segura en el aspecto visual podría costarle caro a LG. Aunque por otro lado, la estética del G4 fue creada sobre el sólido fundamento del G3, así que no hay queja: es un diseño atractivo, con bordes agradables para el uso y que garantiza comodidad. Al igual que el G Flex 2, el G4 tiene una leve curvatura, pero no es algo que cambie de manera radical la experiencia. De hecho, lo que sí transmite una sensación diferente a otros equipos de gama alta es que la cubierta trasera es de piel —en caso de que ése sea el modelo que elegiste, de otro modo es metal o cerámica—. El cuero brinda un toque adicional de confort y a menos que seas vegetariano, te da puntos extra de personalidad, claro, siempre y cuando tu vestimenta vaya de acuerdo con los acabados de piel.

Una cámara impresionante que aún está lejos de las DSLR

LG dice que la cámara del G4 es equivalente a un equipo fotográfico profesional —dígase una réflex—, pero eso es mentira, aunque hay que entender la razón del malentendido. En términos de hardware la cámara del G4 es casi como la de cualquier otro gama alta: el sensor mide 1/2.6”, igual que el alojado dentro de un Xperia Z3, algo diminuto si lo comparamos con las cámaras compactas avanzadas —como una Cyber-shot RX100— o hasta microscópico frente a una D3200 de Nikon. Pero la combinación de tecnologías fotográficas que usó LG hacen que el G4 dé resultados muy por encima que el resto de los teléfonos premium.

Por ejemplo, a pesar de que la lente del G4 es más grande que la del iPhone 6 Plus —LG usó f/1.8 en lugar de f/2.2—, tiene más velocidad. Y si a eso sumamos que el sistema láser de enfoque automático funciona de maravilla, el resultado son fotos que se capturan al instante, con objetos borrosos mínimos y buena nitidez en lugares con poca iluminación.

Al margen de cualquier comparación, la calidad fotográfica del G4 es increíble y aunque no podría darle la corona tan fácilmente —para eso hacen falta pruebas extensivas con todos los teléfonos recientes—, al menos puedo decir que hay garantía de satisfacción con la cámara para casi todas las situaciones. Además, puedes fotografiar en formato raw (DNG), para que saques más provecho de las imágenes. Hicimos un par de comparativas rápidas con el G4 y el Moto X de segunda generación, para que saques tus conclusiones.

Hay mucho que decir de este teléfono de LG, pero dejaremos las explicaciones extensas para nuestra sección de Pros y Contras, una vez que hayamos probado el equipo con más calma. Mientras tanto, debes saber que el G4 estará disponible en México a mediados de junio, con un precio aproximado de $12,999 MXN en su versión de metal o $13,499 MXN con cubierta trasera de piel, ambos de 32 GB. Puedes encontrarlo al inicio en Telcel y hacia julio, también en Movistar y Iusacell (aunque los 2 últimos tendrán la edición que no es 4G LTE).