La solución computacional de más bajo costo también ofrece gran eficiencia

Lo Positivo
- Excelente desempeño para aplicaciones de uso cotidiano (suites ofimáticas, reproducción multimedia y navegación web)
- Consume muy poca energía, incluso cuando el sistema trabaja al máximo de potencia
- La temperatura se puede mantener al mínimo con un ventilador convencional, prácticamente silencioso
- Capacidad gráfica suficiente para ejecutar juegos poco demandantes
- Precio realmente accesible
Lo Negativo
- Su estructura pequeña requiere un gabinete mini-ITX para trabajar en condiciones óptimas
- Cuellos de botella que son inevitables, en especial durante la ejecución de videojuegos
- Sólo hay 4 modelos de procesador disponibles

La computación tradicional está en decadencia. Suena desalentador si consideramos que se trata de una industria que sentó las bases de la tecnología móvil de la que ahora dependemos y por otro lado, es una realidad innegable que, en términos de consumo general y en lo que respecta al usuario convencional, los equipos de cómputo pierden relevancia ante la utilidad de los teléfonos y las tablets. Aunque comienzan a surgir alternativas interesantes que responden a ese dilema, como Chromebox, la mayoría carece de suficiente flexibilidad para expandir o actualizar, sin mencionar que Chrome OS es una plataforma un tanto limitada. Por ello AMD creó AM1, un concepto de sistema integrado que se ajusta a diversas necesidades, el cual tiene potencia suficiente para cumplir tareas básicas, es compatible con todas las versiones de escritorio de Windows y Linux, permite intercambiar componentes, es muy compacto su precio es realmente bajo.
A pesar de que esta solución dista de ser perfecta, acierta en su intento de apelar a la gama más baja del mercado, pues la combinación de tarjeta madre y procesador tiene un precio mínimo de $60 USD, mientras que la oferta de otros fabricantes en la misma categoría cuesta 50% más. A simple vista, lo que propone AMD se antoja como la opción predilecta, pero hay muchos otros factores a considerar, antes de elegirla como una herramienta de trabajo ideal o para convertirse en el hardware de un centro de entretenimiento en casa.
¿Computación accesible para las masas?
Con el paso del tiempo la tecnología se ha simplificado para el consumidor promedio y hoy cualquier persona puede dominar el uso de dispositivos muy avanzados. Sin embargo, algo nunca cambia: configurar a detalle una computadora requiere, por lo menos, conocimientos técnicos esenciales. AM1 trata de hacer la computación accesible para las masas, al ofrecer un tipo de placa principal y apenas un puñado de procesadores, para simplificar la elección de lo más conveniente. Es decir, la decisión de compra se limita a pensar cuál modelo de CPU es más veloz y cuál marca de motherboard es más confiable. Sin embargo, el dilema inicial persiste, pues instalar los componentes dentro de un gabinete es tan complejo como siempre, en especial para un individuo que jamás ha visto el interior de un equipo de cómputo.

Dicho lo anterior, AM1 no es para cualquier usuario, aunque eso es lo que espera AMD, y tampoco es para los avanzados que buscan exprimir al máximo la eficiencia de un sistema, dadas las limitaciones de los canales de transferencia de datos que en lo absoluto permiten overclockear. En realidad es para los entusiastas que quieren un equipo suficientemente compacto y con el rendimiento necesario para cumplir tareas cotidianas, sea navegar en Internet, visitar redes sociales, usar suites ofimáticas, reproducir contenido multimedia o jugar con gráficos al mínimo. Un uso interesante para esta unidad de procesamiento acelerado (APU, por sus siglas en inglés) es de set-top box personalizado, ya que sus dimensiones la hacen una buena alternativa para conectar al televisor y transmitir video 1080p o hasta 4K desde el disco duro, sin necesidad de intermediarios. Otro escenario idóneo es que se emplee en el sector gubernamental y empresarial, donde no hace falta una máquina tan poderosa pero sí una que se actualice con cierta regularidad, para que el proceso laboral se mantenga fluido.

El concepto de la AM1 cumple su premisa a la perfección: es barato, responde bien a exigencias de productividad básica y sobre todo, tiene un buen nivel de escalabilidad. Antes de analizar a fondo las especificaciones o comenzar con los datos duros, nos dimos a la tarea de experimentar este APU como si se tratara de nuestra computadora de uso diario. Editamos en Photoshop, instalamos algunos juegos de Steam, redactamos parte de esta reseña, vimos YouTube y hasta jugamos unas partidas de League of Legends. Los videojuegos no lucen espectaculares, pero en el resto de las actividades encontramos muy poca diferencia en comparación con un Core i5 (Ivy Bridge). Las distinciones comienzan a notarse bajo circunstancias que solicitan mucho músculo de procesamiento, como al descomprimir archivos muy grandes con WinRAR o pasar un video a otro formato.
La arquitectura Kabini de AM1
Antes de entrar en detalles técnicos, es importante definir lo que realmente significa el concepto de AM1. A diferencia de los procesadores convencionales, que se encargan de operaciones muy específicas y suelen enfocar su carga de trabajo en una sola tarea a la vez, la labor de este APU es administrar todo el funcionamiento del equipo de cómputo al mismo tiempo, desde los gráficos hasta la transferencia de datos de los puertos USB o el flujo de las ranuras PCIe. Además de que se ahorra espacio, lo anterior significa que la tarjeta madre no necesita subprocesadores adicionales y así, su precio se reduce. Intel hizo algo parecido con la línea Atom, pero lo que propone AMD es más eficiente en cuanto a gasto energético, ni se diga en capacidad multitarea.

AM1 puede instalarse en cualquier gabinete, pero ofrece completa solidez en un mini-ITX
Ahora bien, esas virtudes también implican un sacrificio evidente: el desempeño general está sumamente limitado. Pongamos como ejemplo el caso de la memoria, que al tener un solo canal de transferencia genera cuellos de botella y aunque la placa permite instalar 2 módulos de RAM, se requiere 1 para que todo funcione en condiciones óptimas. Por otra parte, no se puede hacer trampa en el emparejamiento de bus de transferencia con una tarjeta de video avanzada, pues el límite de velocidad obliga a usar un GPU complementario de gama baja; si pensabas usar este sistema con una GeForce GTX Titan para construir una granja de render, definitivamente no es la opción.
Ahora sí, vayamos con los tecnicismos. Dentro de este sistema de arquitectura Kabini se alojan 4 unidades Jaguar que, dependiendo del modelo, pueden llegar hasta 2.05 GHz. Todos los núcleos tienen su propio caché de nivel 1 y comparten memoria L2 de 2048 KB, además de un módulo MMX y cada uno, cuentan con 4 hilos de proceso. Para complementar, AMD decidió integrar un GPU basado en la serie Radeon 7000 que gracias a 128 núcleos GCN produce casi 200 GFLOPS de datos, cifra considerable para un chip que aglomera tantas funciones. En la capa inferior, la parte de GPU corre a 600 MHz, integra 128 elementos de sombra, soporta hasta 8xAA y 16xAF, funciona sobre DirectX11.2 y puede desplegar gráficos en 4K por medio de Eyeinfinity Technology2.

Respecto al componente gráfico, AM1 cuenta con un sistema para decodificar y comprimir video, en favor de agilizar la reproducción de contenido Ultra HD. Pero más allá, esta tecnología propietaria de AMD mejora la calidad de imagen en archivos de baja definición, valiéndose de una técnica de reinterpretación de datos con base en codec H.264 y VC-1.
Obviamente, si el procesador hace maravillas, requiere una tarjeta madre y el estándar que fijó AMD se llama FS1b. Estas placas sumamente austeras ofrecen lo básico de una computadora actual, pero en un formato compacto. Tienen PCI Express 2.0 de 16x, soportan memoria DDR3 a 1600 MHz, ofrecen 2 puertos USB 3.0 y hasta 8 ranuras USB 2.0, además de 2 bahías SATA 2/3 (6Gbps) y un conector Ethernet Gigabit.
Tuvimos oportunidad de probar el Ahtlon 5350, pero la plataforma se compone de 4 alternativas de procesador y de precio:
- Athlon 5350 ($59 USD) ― 4 núcleos, 2.05 GHz, 1600 Mhz de frecuencia RAM, 2 MB de caché.
- Athlon 5150 ($49 USD) ― 4 núcleos, 1.6 GHz, 1600 MHz de frecuencia RAM, 2 MB de caché.
- Sempron 3850 ($39 USD) ― 4 núcleos, 1.3 GHz, 1600 MHz de frecuencia RAM, 2 MB de caché
- Sempron 2650 ($34 USD) ― 2 núcleos, 1.45 GHz, 1333 MHz de frecuencia RAM, 1 MB de caché
Pruebas de rendimiento general
Nos consideramos Power Users de equipos de cómputo, pues contamos con una pieza de software dedicado para cada tarea o problema que se presenta en nuestro día a día, y es por eso que instalamos toda clase de aplicaciones en esta versión de AM1 (Athlon 5350), con el fin de llevar la plataforma al límite.

El rendimiento pasó de bueno a aceptable, al comportarse de manera óptima mientras la memoria RAM del equipo no se sature. Como referencia, nuestros requerimientos diarios constan de tener 2 navegadores diferentes, Firefox y Chrome, con 5 pestañas abiertas en cada uno como mínimo, además de Microsoft Word (edición Office 2010 Professional) como nuestro procesador de texto por defecto. También empleamos Thunderbird, el poderoso cliente de correo de Mozila para administrar diferentes cuentas de mail, newsgroups y clientes de chat, y por último, Adobe Fireworks CS6, programa en el que editamos numerosas imágenes con algunas capas y efectos. Adicionalmente, recurrimos a un reproductor multimedia, a diversos clientes de chat y a otras aplicaciones de mediano consumo de recursos. A pesar de todo, únicamente se ocupó 70% de la memoria RAM del equipo mientras que el CPU trabajó, en promedio, a 25%.

El rendimiento del equipo fue muy positivo casi todo el tiempo, ya que cambiar de una aplicación a otra fue una tarea sin contratiempos que muy raras veces se veía entorpecida por la gestión de memoria y el acceso a disco duro. En pocas ocasiones sentimos que el equipo se esforzara para trabajar. Una vez más, queda la certeza de este equipo de escritorio es una opción idónea para la gente que quiere una solución de bajo costo pero que a cambio, tenga poder suficiente para tareas cotidianas.

Pruebas de rendimiento con videojuegos
Al tratarse de un equipo de bajo costo, las pruebas de rendimiento en videojuegos involucraron software acorde, como League of Legends, una de las ofertas más amigables en cuanto a requerimientos de poder. Este título es ideal para las pruebas, pues se trata del juego free-to-play más popular del momento y con 27 millones de jugadores diarios, sus creadores están en constante presión de ofrecer una experiencia óptima en casi cualquier máquina, incluyendo algo tan básico como AM1.

Desde el inicio es evidente que se trata de un equipo austero, pues el juego se desempeñó de forma muy pobre durante nuestra prueba inicial. Con las opciones de gráficas al máximo y antialias activado, al usar la resolución nativa del monitor de 1920 × 1080, el promedio del conteo de cuadros por segundo de fue de 25 en momentos sin acción, llegando a tocar la marca de 14 fps durante escenas con más movimiento en pantalla. Estos números son poco favorables para un juego que se adapta tan bien a cualquier circunstancia tecnológica.
Nuestra segunda prueba fue más positiva. Al mantener la misma resolución y bajar las opciones de calidad de video a Medium, el juego se comportó de manera fluida, ubicándose en la marca de los 30 cuadros por segundo, lo que hizo más saludable la experiencia de juego.

Para mejorar lo anterior y buscar el privilegiado rango de 60 fps, nos dimos a la tarea de desactivar todas las opciones de video y degradar la resolución a 1280 x 720. Los resultados fueron inmediatos, aunque no los que esperábamos. Nuestra experiencia de juego fue más estable, porque hubo momentos sin actividad en pantalla, el juego llegó a la nada despreciable cantidad de 50 fps y en momentos de acción, a 30fps.
Poder y temperatura
Algo que llamó mucho nuestra atención es el excelente manejo energético de AM1. AMD presume que el consumo nominal de electricidad está cerca de los 25 watts pero en ocasiones, esa cifra bajó hasta 22 watts en modalidad de espera. En las circunstancias más demandantes, los niveles se elevaron a 47.9 watts, pero a cambio, la temperatura nunca excedió los 27° C. Por el contrario, hay reportes de que los sistemas más austeros de Intel, como el Celeron J1900, están por encima de 65° C cuando se rebasa el promedio de procesos. Es importante recalcar que AM1 logró tal eficiencia por watt al utilizar un sistema inteligente de administración energética, que desactiva elementos cuando no se están usando, como apagar núcleos del GPU si la demanda de gráficos es mínima. Sobra decir que gracias a tal manejo no hace falta una fuente de poder muy sofisticada, en todo caso, la potencia tendría que depender de cuántos discos duros se conecten.
Veredicto
Al final queda la pregunta, ¿a quién va dirigido AM1? Sin más rodeos, este sistema integrado de AMD trata de apelar a los entusiastas de la computación con conocimientos suficientes para instalar, configurar y personalizar un equipo de cómputo, pero que no quieren convertirse en profesionales del modding ni en overclockers avanzados. Por otro lado, tampoco funciona para los que poco saben de ensamblaje de computadoras.
Como sistema integrado, AM1 de bajo costo cumple a la perfección su premisa, pues no sólo requiere poca inversión monetaria, a cambio ofrece excelencia de procesamiento para situaciones generales: corre muy bien las aplicaciones de uso cotidiano y su desempeño es aceptable con software especializado, como Photoshop. Sólo sirve para jugar experiencias casuales, algunos juegos indie descargados de Steam o títulos recientes, pero a cambio de sacrificar mucho frame rate y todo el glamur visual.
El problema es que, aún si AM1 promete gran flexibilidad de configuración, tiene bajo costo y ofrece gran rendimiento, es difícil recomendarlo ante otras soluciones computacionales que cuestan un poco más, pero que incrementan de manera notable la capacidad de procesamiento. Se agradece la intención de ampliar la gama de posibilidades, pero habrá que ver si este tipo de plataformas crea un nuevo nicho en el mundo de la computación o si incluso, son capaces de impulsar las ventas de la industria. Por ahora, el panorama sigue luciendo complicado.
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