Por más que la tecnología avance y de que la era digital trae muchas ventajas, en el mundo de la fotografía es común añorar continuamente las épocas del sistema mecánico y los métodos tradicionales, cuando había una relación más íntima entre el fotógrafo y su cámara. Sin dejar atrás las virtudes de la actualidad, Nikon rinde honor a aquellos tiempos con un diseño inspirado en los emblemáticos equipos de 35 milímetros, con el nombre de Digital Fusion.

De primera impresión, la Nikon Df tiene un aspecto retro, pero en palabras de los ingenieros de la marca, se trata de una apariencia clásica, basada en la arquitectura exterior de las legendarias Nikon F. Lo anterior quiere decir que no sólo apelaron a una imagen antigua por el mero capricho de causar nostalgia, sino para ofrecer una completa experiencia manual.

Aunque la finalidad práctica tiene cierto parecido con la OM-D E-M1 de Olympus, la genética de esta cámara proviene de la D4 de Nikon, en términos de capacidad fotográfica, con el beneficio de tener un sistema pentaprisma. Tal vez el problema es que sus creadores apostaron por combinar estéticas: al frente el concepto clásico y detrás, la interfaz presente en los modelos recientes; la mezcla de utilidad se antoja ideal, pero la de diseño no funcionó muy bien.

Se rumoraba que la Nikon Df seguiría el modelo híbrido, sin embargo, se impone como una réflex en todo sentido, desde su visor con cobertura de 100% hasta el hecho de contar con un CMOS de formato completo de 16 megapixeles. De hecho, utiliza el mismo sensor de la D4, lo que se traduce en gran rendimiento, amplio rango dinámico y mucha sensibilidad. Ahora bien, eso no significa que esté en los mismos términos que la cámara más cotizada de Nikon, pues tiene una medición de 2016 segmentos y sistema AF de 39 puntos (similar a la D600).

Por otra parte, Nikon presume que su Df ostenta un obturador de alta durabilidad y de evidencia, asegura que se hicieron pruebas hasta de 150,000 ciclos, con una velocidad de obturación de 1/4000s y sincronización de flash de 1/200s. En realidad, todas las cámaras tienen un tiempo de vida sumamente prolongado, pero este caso promete sobrevivir ante los fotógrafos más atareados. Además de su resistencia al uso constante, el modelo fue pensado para responder ante situaciones apremiantes, ya que su sistema inicia en 0.14 segundos mientras que la apertura del obturador se da en 0.052 segundos. Sobre la misma línea, la ráfaga de disparo continuo tiene una velocidad de 5.5 fps en modo FX y DX.

Al margen de los números, lo que sin duda enamorará a muchos profesionales es que no hace falta asomarse a la pantalla para trabajar debidamente, pues la Df está atestada de botones y diales mecánicos que incluyen compensación de exposición, velocidad y sensibilidad ISO. Pero en caso de necesitarlo, el panel LCD de 3.2" tiene una resolución de 920,000 puntos, presentando colores fieles a los reales y objetos sumamente nítidos.

Un punto muy interesante de la Df es que trabaja con todas las lentes Nikkor, incluso las que no son Ai, sin necesidad de recurrir a un adaptador ni hacer modificaciones. Este tipo de objetivos no son compatibles con la mayoría de los modelos recientes de Nikon y en el presente caso, ofrecen medición correcta de la exposición en los modos manual y de prioridad al diafragma. Por supuesto, como la mayoría de los equipos premium, la Df viene acompañada de una lente base, de 50mm f1.8 que, a diferencia de la versión convencional, se muestra con un aspecto clásico acorde a la cámara.

Aparte del concepto visual, lo que hace diferente a la Df frente a sus congéneres, es que tiene un cuerpo compacto y relativamente ligero —en comparación con el promedio — de 710 gramos. Lamentablemente, el sacrificio de espacio impactó en el tamaño de la batería y en consecuencia, en el recorte de una característica muy importante para la mayoría de los profesionales: la capacidad de grabar video. Dado que la pila de la Df es pequeña, Nikon prefirió omitir las funciones de video, reforzando la idea de que ésta es una cámara con toda la identidad clásica.

Con todas sus virtudes la Nikon Df es una de las réflex más caras del momento, pues exige una inversión de $2999.99 USD ($2749.95 USD por el cuerpo y $279.95 USD por la lente) y estará disponible a nivel global en algún momento de las próximas semanas.