Seguro alguna vez has comido algún guisado o sopa que está tan picante que te hace sufrir. Y aunque en el momento hayas querido maldecir todo a tu alrededor por la quemazón en la boca, esa sensación podría hacer que vivieras muchos años más.
Una investigación llevada a cabo por científicos italianos que está por publicarse en el Journal of the American College of Cardiology encontró que el consumo de capsaicina, el componente activo que hace que los chiles piquen, redujo en gran medida los riesgos de mortalidad de la población mediterránea. El estudio se publicará hasta el 24 de diciembre, pero Inverse ya tuvo acceso a él por lo que publicó algunos de los elementos más destacados.
La investigación estudió a 22,811 italianos con diferentes tipos de dietas, algunas más sanas y otras menos sanas. De esta población, lo que consumieron chiles al menos 4 veces a la semana tuvieron 23% menos riesgo de mortalidad y hasta 34% menos riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares en general.
¿Lo más curioso de todo? La correlación entre el chile y la reducción de riesgos parece que está precisamente en el picor, lo que llevó a los investigadores a deducir que la magia está precisamente en el componente activo.
"En general, la asociación de los chiles dulces con la mortalidad fue menos fuerte que la de los chiles picantes, lo que sugiere que la capsaicina juega un papel importante", mencionó el artículo.
Se especuló que esta "mejor salud" podría tener que ver con la reducción en el peso de las personas y que esto sería lo que mejoraría la esperanza de vida. Sin embargo, el análisis de datos arrojó que personas que llevaban dietas no muy balanceadas o que mostraron hábitos de salud más insanos como el consumo de alcohol o cigarros, aún así tuvieron una mejor esperanza de vida si consumieron chiles picantes 4 o más veces a la semana.
A pesar de que parece que ya es un hecho de que la capsaicina es un componente importante que puede ayudar a la salud, los científicos no pudieron explicar muy bien el por qué, a pesar de que se llevaron a cabo pruebas exhaustivas.
"Ninguno de los mecanismos biológicos probados fue capaz de explicar los beneficios para la salud asociados con los chiles", concluyó la investigación.
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