El neurocientífico Sergio Canavero, de la Universidad de Turín, Italia, piensa que ha descubierto la forma de hacer trasplantes de cabeza. De acuerdo con su investigación, publicada en la revista web Surgical Neurology International, un corte limpio y con una hoja ultra afilada puede dejar las fibras de la espina dorsal completamente cercenadas, lo cual genera la condición adecuada para ser insertada de nuevo.
El doctor Canavero basa su procedimiento en el trasplante del médico Robert White, quien en 1970 insertó la cabeza de un macaco Rhesus en el cuerpo de otro. Suena aterrador pero, a diferencia de su colega, el científico italiano planea enfriar la espina dorsal de ambos sujetos a 18 grados centígrados. Después hará el corte limpio para cercenar las cabezas, luego drenará la sangre de éstas para transplantarlas. Por último, fusionará la espina dorsal de los 2 con un pegamento inorgánico de polímeros.
El científico señala que investigaciones con conejillos de indias y perros demuestran que este procedimiento es posible en seres humanos. Aunque reconoce que las fibras de los nervios de nuestras espinas dorsales son muchas y hacer una conexión perfecta es más difícil. Por otra parte, asegura que bastan pocas conexiones correctas para tener algunos de los controles de movimiento voluntarios.
Finalmente, comentó que "condiciones horribles de vida sin una pizca de esperanza de mejora no pueden ser relegadas a la esquina oscura de la medicina".
Claro que este procedimiento quirúrgico no es algo que pueda hacerse mañana, pues aún faltan años para que se lleve a cabo. Sin embargo, Sergio Canavero piensa que es posible y debería investigarse más a fondo. La pregunta aquí es: ¿qué cuestiones éticas conlleva la posibilidad de los trasplantes de cabezas humanas?
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