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¿Qué significa la certificación IP de los dispositivos a prueba de agua y cómo cuidar un teléfono con esta protección?

Resistente contra agua no es sinónimo de infalible

Así que olvidaste tu teléfono en la cocina y el gato le derramó un vaso de agua encima. ¿Qué haces? ¿Lo cubres con arroz y esperas una semana a ver si prende o simplemente lo secas con tu camiseta y sigues con tu vida diaria? ¿No sabes si tu teléfono es a prueba de salpicaduras, de agua o invulnerable? ¿O sabes que tiene cierta protección contra el agua pero no tienes idea de qué significa que tenga una certificación IP67? No te preocupes, en Qore te contestamos todas esas preguntas y más.

Los datos técnicos

¿IP? ¿Que no eso tiene que ver con internet? Cuando se trata de dispositivos y su capacidad de sobrevivir a los elementos, las siglas IP significan International Protection, un estándar de calidad diseñado por la International Electrotechnical Commision (IEC). Esto significa que el dispositivo fue sometido a rigurosas pruebas en un laboratorio para certificar su nivel de resistencia al polvo y otras partículas sólidas que flotan en el aire, así como para el agua.

En cuanto a los dos números, el primero representa el nivel de resistencia a polvo y partículas, incluyendo arena. Si tu teléfono tiene un 6, por ejemplo una clasificación IP67 para el iPhone 7 o una IP68 para el Galaxy S7, significa que el polvo no puede dañarlo. Una clasificación 6 para polvo es lo más alto posible, así que si tienes un teléfono con este número puedes sacarlo para grabar una tormenta de arena en tu próxima visita a Abu Dhabi (o Mexicali) sin miedo a que se desintegre por la erosión. Bueno, quizá no sea tan buena idea usarlo durante una tormenta de arena, pero no le pasará nada si lo llevas a la playa, mientras no lo metas al mar.

A menos que el siguiente número sea un 8, como en el caso del Galaxy S7, entonces no pasa nada si tu teléfono cae al mar y es revolcado por una ola. ¿O sí? Bueno, primero veamos los niveles de protección contra agua de la IEC en la siguiente gráfica, antes de decidir si nos vamos a surfear con nuestro dispositivo o mejor lo dejamos adentro de nuestro zapato bajo la sombrilla de playa.

  • Rating X0 — Sin protección especial
  • Rating X1 — Protección contra caídas verticales y condensación
  • Rating X2 — Protección contra agua rociada, hasta a 15 grados de la vertical
  • Rating X3 — Protección contra agua rociada directamente, hasta a 60 grados de la vertical
  • Rating X4 — Protección contra agua rociada directa y salpicaduras de agua de cualquier dirección
  • Rating X5 — Protección contra chorros de agua de presión baja de cualquier dirección por 3 minutos
  • Rating X6 — Protección contra chorros de agua de presión alta de cualquier dirección por 3 minutos
  • Rating X7 — Protección contra submersión temporal entre 15cm y 1m por 30 minutos
  • Rating X8 — Protección contra periodos largos de submersión a más de 1m y bajo presión (las condiciones exactas deben ser especificadas por el fabricante).

De entrada, si tu teléfono no tiene clasificación X7 o X8, como el iPhone 7 y el Galaxy S7 respectivamente, mejor asegúrate de que no entre contigo al agua ni por accidente. Sólo estas últimas dos clasificaciones son asignadas a dispositivos con la protección suficiente para sumergirse y ambos significan cosas distintas. En la guerra entre Apple y Samsung, esto se traduce a que el iPhone puede caer en tu escusado y quedarse ahí hasta media hora en lo que te armas de valor para sacarlo y limpiarlo, pero trata de que no caiga en una alberca profunda porque puede ser su fin.

En cuanto a la clasificación X8 que tiene Samsung, según ellos mismos, soporta hasta 1.5 metros de profundidad durante media hora. Así que a no ser que sólo vayas a un chapoteadero, revisa tres veces antes de lanzarte a la alberca, pues la presión del agua puede reventar tu Smartphone como si fuera una descarga eléctrica de ciencia ficción. O no realmente, pero sí puede dañar sus componentes.

¿Realmente mi teléfono es a prueba de agua o sólo un truco publicitario?

En este momento de nuestra historia como especie, la mayoría de los teléfonos de gama alta y premium no tienen las dos mejores clasificaciones. En realidad son pocos los equipos que cuentan con estos grados de protección y la mayoría se encuentran entre Samsung, Sony y Apple, a no ser que se trate de la categoría “rugged” de dispositivos diseñados para situaciones extremas como alpinismo, buceo profesional o deportes extremos.

De hecho, son tan pocos los teléfonos que tienen certificación IP68, que todos lo han usado en algún momento como parte de su campaña publicitaria. ¿Recuerdas esos videos promocionales en los que sumergían un Galaxy S6 en un traste de plástico? Samsung lo usó de manera exhaustiva y lo sigue utilizando en sus cápsulas promocionales al rociar sus teléfonos con gotas gruesas de agua y chorros de champaña. A tu S6 y a tu S7 (sea normal, Edge o Note) no le pasará nada si se moja, pero si le tiras alcohol encima las probabilidades de que se dañe la capa protectura son muy altas. En el caso de Samsung el comercial es un poco engañoso, pero no por completo.

Para trucos publicitarios mayores, nada como el insólito caso del Xperia Z, en cuyo comercial se mostraba a un grupo de amigos tomándose una selfie submarina en la alberca. El anuncio causó tanta espectación y deseo en sus clientes, que Sony tuvo que colocar una advertencia en la que se recomendaba no sumergir el teléfono pues “no era seguro”. Lo más probable es que tuvo que hacerlo después de incontables quejas de teléfonos descompuestos por sus ilusos dueños.

Eso no quiere decir que tu Galaxy, iPhone o Xperia (entre otros) no sea en realidad a prueba de agua. Si bien es cierto que la publicidad exagera y puede engañar a los débiles de mente, hay algo de verdad en la certificación IP68. Y ahora que sabemos lo que significa que un dispositivo tenga una certificación IP67 o IP68, es hora de dar algunos tips para sacarle el mejor provecho a esta cualidad y saber qué hacer y qué no hacer en caso de que terminemos nadando con delfines en Tulum con nuestro teléfono.

1. A prueba de agua no significa “invulnerable”.

Que tu dispositivo tenga una clasificación IP68 no quiere decir que puedas andarlo mojando a diestra y siniestra. Aunque no te la pases sumergiéndolo en Coca-Cola para tus periscopeadas no quiere decir que no se haga más delicado con el tiempo. La cobertura protectura se desgasta tanto con el contacto diario con polvo y telas (como tus bolsillos), como con nuestro cuerpo cargado de electricidad y las ocasionales salpicadas. Eventualmente puede hacérsele un microagujero por donde entre vapor de agua hasta que cause un cortocircuito y tu teléfono muera para siempre.

2. Evita la lluvia, así “no tengas de qué preocuparte”

Está bien, si tienes que llamar y está lloviendo y se moja tu teléfono no hay problema. Pero si no tienes una razón muy fuerte, ¿necesitas tomar el riesgo? Si tu dispositivo no tiene una clasificación pertinente para salpicaduras lo mejor es que lo apagues y lo guardes en el bolsillo secreto impermeable donde contrabandeabas cigarrillos en la prepa, pero si no hay problemas con eso simplemente no lo sometas a más humedad innecesaria. Si necesitas usarlo úsalo, pero si no mejor guárdalo un rato. Más que nada, cuando hacen las pruebas contra agua rociada y salpicaduras, el agua que utilizan en el laboratorio no es ácida ni tiene componentes contaminantes, como la lluvia de cualquier ciudad.

3. Revisa que todo esté bien cerrado si vas a sumergirlo, incluyendo el slot para tarjeta SD y SIM

Trata de evitar albercas y la playa, pues el cloro y otros químicos así como la sal de mar pueden corroer la cobertura de tu teléfono. Si aún así vas a atártelo a tu pie para grabar tu sesión de surf en la que te atacará un tiburón y que gracias a tenerlo en video te convertirás en una estrella de Nat Geo, asegúrate de darle una lavada rápida con agua potable antes de secarlo con un trapo. Así le quitas los químicos o la sal al teléfono. También seca bien las entradas como el jack de audífonos (o no, si tienes iPhone 7) y el microUSB, pues si conectas un cable y todavía está mojado podrías freír tu pared. Límpialo bien con una tela y de preferencia espera a que seque de manera natural.

4. Evita las altas temperaturas

Ya sé que todos queremos tomar snaps en el sauna o en el temazcal para que nuestros amigos aprecien nuestro relajado estilo de vida, pero eso sí matará a tu teléfono. No será el agua lo que lo haga sino... espera, de hecho, sí será el agua. Lo primero que sucederá es que la temperatura disolverá la cubertura de tu teléfono (o smartwatch, o tablet) y empezará a causar problemas con sus microtransistores. Todo se pondrá lento. Claro que no se va a derretir en tu mano (si eso sucediera tú ya estarías muerto), pero una vez que se rompa la protección el vapor inundará todos los circuitos y los convertirá en confeti. Hasta nunca, Smartphone. Por lo mismo, no lo seques con una secadora de pelo ni su aún más mortífera versión robot gigante: la secadora de ropa, donde no sólo el calor hará estragos sino que los golpes del tambor te lo dejarán hecho trizas.

¿Entonces mi teléfono es o no a prueba de agua?

Lo más probable es que no, pero si se supone que sí, siempre es hasta cierto punto. Qué tanto dependerá del modelo en sí, pero los dos mainstream más amigables hacia el líquido vital soportan hasta 1.5 metros de submersión durante media hora y no más.

Si tu dispositivo tiene una certificación IP68 quiere decir que si te moja un coche no le pasará nada. Si lo moja la lluvia no le pasará nada. Si caes en un charco y se empapa el bolsillo y por lo tanto el aparato, no le pasará nada. No le pasará nada si cae en el escusado, si caes en una alberca no tan profunda, si el gato le tira un vaso de agua encima, si se cae en el lavabo con el chorro cayéndole directo. Tu teléfono puede caer en una jarra de agua de jamaica a la que le tomabas una foto para subir a Instagram y no sufrirá daño alguno. Todo eso es cierto si tu teléfono tiene clasificación IP68.

Lo que no es cierto es que puedes rociarlo con alcohol impunemente, aunque si pasa un par de veces lo más probable es que no afecte en lo más mínimo a tu aparato. Tampoco es cierto que puedas ir a surfear con él, aunque si por accidente entras al agua y traes el teléfono y lo recuerdas y sales y lo lavas y lo secas, entonces lo más probable es que tu dispositivo no sufra daños.

Si lo piensas así, y consideras que realmente no te la pasas sumergiéndote gran parte de tu vida (a menos que seas surfo, entonces probablemente tienes un teléfono rugged y no estás leyendo este artículo), que tu teléfono tenga una certificación IP68 quiere decir que no te tienes que andar preocupando. Para fines prácticos, tu teléfono es completamente a prueba de agua y nada le puede pasar (hasta que se venza la garantía, pero eso es otro artículo de otra época).

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