Mientras que algunos bancos deciden poner más y más sucursales alrededor de los países en los que operan, hay otros que han decidido tomar el camino contrario e irse por la vía digital. ¿Qué es más importante? ¿Tenener presencia en Internet o mejorar el servicio a cliente de manera física?
Si se toman en cuenta las tendencias que sigue la humanidad, la respuesta de qué corriente será la vencedora parece obvia, según varios expertos que acudieron a la Conferencia Exponential Finance, en Nueva York. Para Peter Diamandis, presidente de la Singularity University, la industria financiera será la más afectada de todas dentro de los próximos 10 años. ¿Y por qué? Por la llegada de las apps móviles, especialmente las de los bancos. Según Brett King, fundador de la aplicación bancaria Moven, reafirmó la teoría de Diamandis, pues asegura que la industria banquera saldrá más afectada esta década de lo que jamás fue en los últimos 300 años.
Claro, la tecnología, las aplicaciones y los móviles han llegado a facilitar la existencia del ser humano; sin embargo, pueden acabar con enpresas, compañías, o incluso industrias que no se sepan adaptar al nuevo paradigma. En el caso de los bancos, cada día se abren más y más sucursales para "estar cerca del cliente", sin tomar en cuenta que este busca ahora poder realizar cualquier operación desde la comodidad de su teléfono.
Según un estimado de PHD Ventures, para 2020, 60% de la población mundial tendrá acceso a Internet, lo que aumentaría el número de internautas en 3 mil millones. Por supuesto, al menos la mayoría de todo ese nuevo mercado intentará utilizar las nuevas tecnologías móviles para evitar la pesada tarea de "ir al banco".
Definitivamente, el futuro se encuentra en lo digital. En este momento hay más de 8,000 startups de tecnología financiera solo en Estados Unidos. El capital y el apoyo económico sin duda irá destinado hacia estas empresas emprendedoras en lugar de hacia el modelo bancario tradicional. Debido a esto, la idea de que los grandes bancos del mundo sigan invirtiendo en construir más sucursales es simplemente absurda. Diamantis terminó su plática afirmando:
"No es un problema de diseño, no es que las sucursales no sean lo suficientemente bonitas. Es un problema de comportamiento: la gente ya no necesita sucursales, y el declive (de las sucursales) se acelerará".
Por supuesto, esta tendencia aún se ve lejana en el mercado latinoamericano; no obstante, las grandes corporaciones de la región deben tomarla en cuenta para no gastar dinero y recursos de manera innecesaria.
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