Tecnología

¿Será un fracaso el teléfono más innovador del año?

El LG G5 es el primer teléfono modular comercial, pero su concepto novedoso no garantiza éxito

Siempre estamos pidiendo evolución e innovación y, cuando finalmente llegan, tardamos mucho tiempo en adaptarnos. Sucedió con el 3D, con los teléfonos inteligentes y ahora parece que también pasará con los teléfonos modulares.

En esencia, un smartphone modular tiene componentes que pueden ser intercambiados, actualizados o reemplazados de manera independiente y sin mucha complicación. Entre los muchos beneficios de esa modularidad están reducir los residuos electrónicos, bajar los costos de reparación y aumentar la comodidad del usuario.

Imagina mejorar la cámara de tu celular sin tener que reemplazar el equipo completo; que solo tuvieras que cambiar ese módulo específico. O que volverlo más rápido fuera tan fácil como cambiar la sección de memoria RAM. Esas y muchas otras son algunas de las posibilidades que ofrece un teléfono modular.

La idea nació en 2013, cuando el diseñador holandés Dave Hakkens pensó en una forma de reducir los residuos electrónicos que generaba estar cambiando de aparato cada cierto tiempo. En ese entonces creó el concepto Phonebloks, con el que atrajo rápidamente la atención de los medios, de los ambientalistas... y hasta de Google. Tiempo después, la compañía estaba presentando Project Ara, "la reinvención del smartphone", ante el mundo.

Un par de años después, Project Ara sigue siendo un misterio. En 2015 Google mencionó que empezaría a hacer pruebas en Puerto Rico y poco después decidió que "mejor no". Durante un tiempo el proyecto permaneció en hiatus o al menos fuera del radar, pues durante muchos meses la compañía se mantuvo en silencio. En meses recientes se hizo un rediseño a la página oficial, pero poco más. Tampoco hay indicios de que vaya a haber mención de Project Ara en Google I/O 2016.

LG vio potencial en los teléfonos modulares y fue la primera compañía en "aventarse" con esta nueva tecnología. Durante Mobile World Congress 2016, la compañía presentó el LG G5 que, aunque no es totalmente modular, al menos es un híbrido —podríamos decir que es como el "eslabón perdido"—. La mayor parte del cuerpo de este smartphone está ensamblada, pero permite remover la batería desde la parte inferior para intercambiar algunos módulos. A simple vista el concepto luce increíble, pero ¿tendrá éxito?

Durante el último trimestre de su año fiscal, LG perdió $168 millones de dólares, gran parte de este déficit se debe a la costosa campaña de marketing a nivel mundial para promover su novedoso teléfono. En este momento, parece que el G5 está funcionando, pues logró vender 1.6 millones de unidades durante el primer mes; además, la compañía espera vender 3 millones más durante el segundo cuarto fiscal. Desafortunadamente para la compañía, las ventas del smartphone aún no se ven reflejadas en ganancias.

Aunque el problema principal del LG G5 es que no ha revolucionado el mercado. Para empezar, los módulos que ofrece actualmente son limitados. El primero de ellos es el CAM Plus, el cual esencialmente extiende la batería del teléfono y permite un mejor manejo al tomar fotografías, pues añade una empuñadura más grande. El segundo —y último— se llama Hi-Fi Plus y le da al teléfono una calidad de audio superior en comparación con la que viene por defecto (lamentablemente todavía no llega a América). Existen más dispositivos que funcionan con el G5 —a los cuales la compañía llamó "LG and Friends"—, pero son periféricos (lentes VR, cámara 360°, etc.), no módulos.

Las reseñas de expertos y usuarios del LG G5 tampoco han sido excepcionales: bordes abruptos, ligera sensación de que no está hecho con materiales premium y diseño que "no es precisamente bonito". He ahí el gran problema: LG tenía que impresionar al mundo con este teléfono, era su tarea como pionero en los smartphones modulares y no lo logró. Todos, usuarios y expertos, concluyen en que por ahora no se puede explotar la "característica estrella" del G5, pues casi no hay módulos; tenemos la promesa de que llegarán más, pero no cuándo.

Como ya mencioné antes, la gente normalmente se muestra renuente al cambio, o lo evita totalmente. No todos los consumidores son geeks o personas decididas en tener al día sus aparatos electrónicos: hay que decirlo, es muy probable que los teléfonos modulares siempre sean un nicho de mercado. Solo ponte a pensar, ¿cuántas personas conoces que actualicen constantemente los componentes de su PC? La realidad es que la gran mayoría de los usuarios preferirán comprarse un teléfono "ya armado" que uno modular, a pesar de que éste ofrezca muchas posibilidades de personalización.

El LG G5 es un paso sólido (a secas) para acostumbrarnos a los teléfonos modulares. Por otro lado, aunque la compañía haya gastado millones en una campaña de marketing, la falta de módulos (en un teléfono modular), su diseño fallido y las reseñas medianas que ha tenido ponen en peligro el futuro inmediato de esta tecnología. Es necesario que las compañías se tomen mucho más en serio el diseño modular (te estoy viendo Google) si el plan es convertirlo en un estándar en el futuro.

¿Será un éxito el LG G5, el teléfono más innovador del año? Lo más probable es que no. Quizás aún no estamos listos.

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