Xiaomi no ha dejado de crecer en China y aunque sigue peleándose la corona con Huawei, tiene el mérito de que todavía es un startup, así que su éxito es algo ejemplar, sobre todo en la complicada región asiática. Pero la compañía no está dispuesta a conformarse con enamorar a los chinos y, de hecho, su objetivo final es ser la fuerza dominante en el mundo de los smartphones. Para eso tiene al Mi 5, que será su arma de expansión global.
Este teléfono continúa con la filosofía de Xiaomi: gran poder, diseño muy atractivo, fabricación premium y un precio muy, pero muy bajo. Tiene una pantalla de 5.15" 1080p, Snapdragon 820, 4 GB en RAM, 128 GB de almacenamiento, batería de 3000mAh y cámara de 16 megapixeles con estabilización óptica de 4 ejes.
Además, su armazón es de una combinación metálica y lo que sus creadores llaman "cerámica 3D", la cual le da una apariencia más elegante. Y para complementar lo sofisticado del diseño, la pantalla y la cubierta trasera están cubiertos por un cristal, mientras que el sensor de huella digital forma parte del botón de inicio. Por lo que puedes ver en las imágenes, ahora en lugar de imitar a Apple, Xiaomi está tomando "inspiración" de lo que hace Samsung.
Como era de esperarse, el Mi 5 funciona con el MIUI 7 —el launcher de Xiaomi—, que corre sobre Android 6.0 Marshmallow. Pero más allá de sus muchas opciones de personalización y el colosal ecosistema de extras, este teléfono es el primero de la compañía que tiene una app nativa para videoconferencia la cual, por cierto, incluye filtros y otras curiosidades visuales, como si se tratara de Snapchat.
Lo más sorprendente es el precio, pues la edición de 128 GB costará $354 dólares, mientras que la de 32 GB estará en $262 dólares, nada mal para un smartphone con tan buenas especificaciones. El único inconveniente es que al principio será exclusivo de China e India, así que pasarán varios meses para que llegue a otros países en los que ya distribuye. Hugo Barra, el vicepresidente de Xiaomi, dice que la intención es usar el Mi 5 para iniciar la expansión en nuevos mercados, con la promesa de que el precio se mantendrá igual de bajo sin importar el país.
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