El arte tiene el poder de traspasar fronteras, de llevarnos más allá de nuestros límites y enseñarnos otros mundos. Desafortunadamente, la pintura, uno de los medios más privilegiados por el hombre, no puede ser disfrutado por personas con alguna debilidad visual o ceguera.
¿No sería maravilloso que todos pudiéramos experimentar las emociones que provoca un gran cuadro? Eso fue lo que pensó John Olson cuando creó la empresa 3D Photoworks.
Olson solía ser fotógrafo para la revista LIFE, y por azares del destino decidió generar un proceso de impresión 3D para reproducir obras de arte. Todo el proceso de desarrollo tomó 7 años, pero ahora está recaudando fondos para incrementar su producción.
Estas impresiones son realizadas en tres procesos: primero se convierte la imagen tradicional a 3D. Una vez convertida, se envía a una máquina que toma la información y la esculpe en un bloque de material. Ya esculpida, pasa por un proceso de pintura para que se vea exactamente como el original. El producto final tiene todas las características necesarias para que una persona pueda “leer” la imagen con sus manos.
Esto no es todo, las pinturas impresas también cuentan con sensores que ofrecen explicaciones de audio sobre las piezas, para contextualizar la pintura y explicar algunos elementos clave de lo que están sintiendo.
Según mencionó Olson a Business Insider,
“Nuestra meta es que el arte y la fotografía estén disponibles para toda la población ciega del mundo”.
Te dejo algunas de sus impresiones más famosas para que veas el impresionante trabajo que realizan.
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