De haber sabido sobre este estudio, me hubiera ahorrado muchos regaños. De todos modos, sigue siendo útil saber que hay una prueba científica que dice que mientras más alto es el coeficiente intelectual de una mujer, tiene mayor probabilidad de beber mucho alcohol.
El estudio fue realizado por London School of Economics. Encontraron que las mujeres inteligentes consumen más bebidas alcohólicas y con mayor frecuencia. Además, es más probable que acepten tener un problema con su alcoholismo.
Midieron las calificaciones escolares e hicieron algunas pruebas para encontrar que las mujeres con alto puntaje tienen 2.1 más probabilidades de desarrollar gusto por bebidas alcohólicas.
La explicación es que las mujeres inteligentes tienen una vida social más activa, por lo tanto más compromisos sociales –y se nos hace fácil–. Además, la formación educativa hace que aplacen responsabilidades como compromiso y maternidad para seguir en la fiesta. Por su carrera y deberes, no consideran la maternidad tan pronto y se divierten echándose unos tragos.
En el estudio se encuestó a miles de hombres y mujeres de 39 años. Encontraron que las mujeres con alguna formación académica son 79% más propensas a gustar de la copita. Si tienen licenciatura, el porcentaje sube a 86%.
Francesca Borgonovi y Maria Huerta –responsables del estudio– creen que cuando una mujer estudia, convive más tiempo en círculos de hombres que consumen alcohol y adquieren el hábito.
Además, el cambio de estereotipos ha hecho que el número de mujeres que toma ha subido: hace 15 años, por cada 7 hombres que consumían alcohol, una mujer lo hacía; ahora, por cada 7 hombres, hay 4 mujeres que toman.
En los hombres también aplica el principio pero es menos fuerte la relación entre sus estudios y gustos por el alcohol.
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