Los pequeños peludos que nos acompañan alegremente tienen una esperanza de vida mucho más corta que la nuestra. Mientras el ser humano más longevo llegó a los 122 años, difícilmente veremos a un perro que sobreviva más allá de 15. (El perro más longevo murió a los 29 años).
Los científicos han experimentado con diferentes teorías a lo largo de los años, tratando de entender la esperanza de vida animal. En especial, lo que buscan entender es qué establece los límites de duración de una especie.
Aristóteles, sí ese filósofo griego, fue de los primeros en pensar en la longevidad de los animales no humanos. Él creía que debíamos investigar la relación de humedad. Por ejemplo, los elefantes viven más tiempo que los ratones porque contienen más líquido, y tardan más en secarse. Si bien su idea ahora nos parece una locura, parece ser que la idea de que los animales más grandes viven más sí nos agrada.
Steven Austad, biogerontólogo de la Universidad de Alabama, explica que en la vida salvaje los animales más grandes sobreviven más tiempo gracias a que su tamaño aleja a los.depredadores. En cambio, los animales pequeños deben vivir apresurados para crecer y reproducirse rápidamente, antes de ser devorados.
Pero, ¿qué pasa con los animales domésticos? Cualquiera con un gato puede rechazar esta teoría sin problemas. Mientras los perros viven un promedio de 12 años, los gatos llegan a los 16 con facilidad. Y, en general, los perros pequeños viven mucho más que los grandes, e incluso suelen tener menos problemas de salud.
La edad de nuestras mascotas no depende entonces únicamente de factores como su tamaño o especie. Los investigadores descubrieron que, al igual que los humanos, hay factores de riesgo que disminuyen la esperanza de vida de nuestros peludos. Así como los alimentamos con productos Premium y buscamos que tengan actividad física diaria, también los exponemos a los mismos contaminantes y cancerígenos.
Lo que los científicos nos quieren decir es que, si quieres que tu compañero con patas tenga una vida larga y feliz, todo depende de cómo vivas la tuya.
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