¿Podemos hacer que alguien "pague" por el calentamiento global?

Ante lo que está pasando en el COP21 —la conferencia más importante de la historia en lo que refiere a cambio climático—, es inevitable preguntarse si en verdad podremos conseguir una revolución ecológica para el futuro cercano. Después de todo, algunas de las empresas que más contaminan están también entre las más exitosas. Exxon es el ejemplo perfecto, pues a pesar de que sus errores han causado mucho daño para el equilibrio del ecosistema global, no ha tenido que hacer una gran retribución para seguir operando sin problema.

Según Climate Change, 90 corporaciones son responsables de 2 terceras partes de las emisiones de carbono en toda la historia del hombre

Más allá de los acuerdos comerciales y gubernamentales que están a simple vista, es un hecho que casi todas las grandes corporaciones que se benefician de emitir CO2 despreocupadamente no van a estar muy de acuerdo en reducir su actividad contaminante, en especial si eso significa una pérdida en las ganancias. Entonces ¿cómo doblarles la mano para que se detengan y traten de reducir las emisiones de carbono?

La idea de un granjero y guía turístico de Perú es comenzar con exigirles que arreglen el daño que causaron de manera directa, con dinero y proyectos que ayuden a las personas que ya están siendo afectadas por el cambio climático. Saúl Luciano Lliuya, quien tuvo esa idea, vive en la ciudad de Huaraz, donde el deshielo de los Andes ha causado inundaciones cada vez más frecuentes.

Cuando el lago Palcacocha crece por el deshielo de los Andes, suele inundar muchos de los poblados cercanos
Cuando el lago Palcacocha crece por el deshielo de los Andes, suele inundar muchos de los poblados cercanos

"Año tras año, desde 2001, he podido ver cómo va reduciéndose el hielo de la Cordillera Blanca. Lamentablemente ese deshielo no sólo destruirá ciudades e incontables vidas, sino que dejará sin agua a la región y sabemos que sin agua no hay vida..." Lliuya culpa directamente —aunque no exclusivamente— a RWE, una corporación energética alemana que es considerada la principal transgresora en cuanto a emisiones de CO2 en toda la Unión Europea.

La intención de este hombre es que RWE vaya a Perú para construir una presa o algún otro sistema que evite las inundaciones del lago Palcacocha, dado que "el deshielo causado por el cambio climático hizo que en los últimos 40 años el lago creciera 8 veces en tamaño y hasta 30% en volumen". Su exigencia, que involucra un presupuesto de $21,000 dólares —tan insignificante que es casi de burla—, ya dio inició a un proceso legal en las cortes alemanas que, de tener éxito, sentaría un precedente histórico, pues sería el pretexto para que en otras partes del mundo también hagan pagar a las corporaciones por su responsabilidad en el cambio climático.

La clásica imagen del oso polar en un pedazo de hielo dejó de ser alarmista, para convertirse en una realidad
La clásica imagen del oso polar en un pedazo de hielo dejó de ser alarmista, para convertirse en una realidad

Aunque para algunos parecería una exageración decir que el calentamiento global es el que está provocando estos problemas, la realidad es que numerosos estudios respaldan el contexto del deshielo en los Andes. En 2014 el gobierno peruano declaró que el derretimiento de sus glaciares es una de las consecuencias más graves del cambio climático y una de las evidencias más contundentes de que el calentamiento global está llegando a un punto crítico.

El problema es que los intentos de hacer pagar a las empresas por medios legales no han funcionado, al menos en Estados Unidos, donde supuestamente hay más responsabilidad al respecto. Tan sólo hay 2 casos importantes, uno contra American Electric Power y otro contra Exxon, que terminaron en anulación porque los jueces dijeron que los asuntos de contaminación son responsabilidad de la legislación, no de las corporaciones.

No es un secreto que a muchas corporaciones les importa poco el calentamiento global, pero muchas otras están haciendo todo lo posible por frenar el cambio climático
No es un secreto que a muchas corporaciones les importa poco el calentamiento global, pero muchas otras están haciendo todo lo posible por frenar el cambio climático

Mientras que en Estados Unidos hay tecnicismos legales, como la Declaración de Aire Limpio de la Unión Americana, que exige a las empresas un control de sus emisiones de CO2, pero a la vez las exime de culpa ante ciertas situaciones, en Alemania no hay limitante política para que una persona acuse a una compañía por el daño contaminante que causó... siempre y cuando exista evidencia suficiente. En todo caso el desafío para Lliuya y todas las organizaciones que lo respaldan será conseguir que RWE pague por daños fuera del territorio germano; los expertos de la Alianza Mundial del Medio Ambiente (ELAW) dicen que bajo el acuerdo de Bruselas de 2001 es posible que una empresa ubicada en la Unión Europea retribuya por daño a alguien que vive en otra parte del planeta.

A simple vista parece que no habrá forma de evitar el cambio climático y lo peor de todo es que los legisladores tampoco se ven tan interesados en hacer algo al respecto; en Estados Unidos y la Unión Europea es peor, porque muchos políticos hasta niegan que el cambio climático es un fenómeno real. La ironía es que muchas compañías —algunas que no están tan involucradas con la emisión de CO2— ya comenzaron un movimiento para frenar el calentamiento global, aunque no sólo por altruismo y conciencia ecológica, sino para reducir sus pérdidas financieras, ya que están conscientes del daño potencial en la cadena económica si algunas industrias comienzan a sufrir por las consecuencias del calentamiento global. Al frente de esa iniciativa están Microsoft, Google y Facebook, pero detrás de ellos hay incontables empresas que están buscando frenar la creciente contaminación ambiental.

Mucho se ha especulado acerca de lo que pasará con las ciudades costeras ante un calentamiento global excesivo
Mucho se ha especulado acerca de lo que pasará con las ciudades costeras ante un calentamiento global excesivo

En pocas palabras, parece que la única forma de frenar a las corporaciones es con otras corporaciones haciendo un esfuerzo colectivo. ¿Cómo contrarrestarán el exceso de emisiones de carbono? Lo primero será generar alternativas energéticas que dejen una huella ecológica mínima, ya sea aprovechando mejor el viento o la luz solar. De hecho en el COP21 se anunció una iniciativa a gran escala que promete muchas innovaciones, dado que se apoyará a inventores, científicos y startups que tienen ideas revolucionarias, pero que no contaban con presupuesto suficiente para echar a andar sus proyectos.

Al final la respuesta no es tanto hacer pagar a las corporaciones responsables, sino apoyar a las que están tratando de hacer un cambio. Es incierto cuál será la participación de la gente común en esos esfuerzos, pero si los próximos días del COP21 resultan en cambios a gran escala, tal vez nuestro responsabilidad como ciudadanos del planeta vaya de hacer esfuerzos personales —reciclar o ahorrar recursos, que de por sí ayuda bastante—, a tomar un papel aún más proactivo en el esquema global.

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