Hacer música necesita, además de años de práctica y aprendizaje, talento. Muchos aprendimos a “tocar” la flauta y la guitarra, pero de ahí a que sepamos hacer música y que otros quieran escuchar lo que tocamos, hay kilómetros de distancia.
La diseñadora holandesa Lola Gielen se dedica a reinventar objetos juguetones para hacer la vida mucho más interesante y divertida. Dentro de sus creaciones están 2 instrumentos musicales que funcionan con bolitas de metal o canicas, por lo que cualquiera con la mínima habilidad de mover una canica, puede crear música.
El primero de estos instrumentos se llama Marbles. Se trata de una pizarra con canicas, muy parecido al juego de feria de nuestra infancia, y funciona moviendo las pequeñas esferas a lo largo de la pizarra. Las hileras superiores tienen notas más altas y, las hileras inferiores, las notas más bajas. El instrumento toca en bucle cada hilera, si hay canicas en ella, y cada que toca una nota, la pizarra se enciende alrededor de la canica en cuestión. No sólo haces música, haces música que es bonita a los ojos.
El segundo instrumento es mucho más complejo. Se llama Neo y su creadora lo describe como una “experiencia sensorial”. Neo tiene una matriz circular básica que igual funciona con pequeñas esferas de metal, con las que diriges el sonido, tanto las notas que tocará como la velocidad y el ritmo. Hay diferentes posibilidades de sonidos que se conectan a la matriz y con los que puedes experimentar.
Muchos dirán que con los sintetizadores y otros instrumentos digitales, casi cualquiera con una computadora puede hacer música, pero hay algo que se pierde en ello: la interacción sensorial entre el músico y su instrumento. Estas propuestas lo recuperan y de una manera estética y divertida.
Deja tu comentario