Para mucha gente seguro no es novedad, pero el talento de Mark Goffeney es, para mí, una gran revelación y algo inspirador. Aunque nació sin brazos, este músico toca la guitarra como un verdadero prodigio y sin importar la melodía, interpreta con precisión cada acorde.
Desde niño vivía fascinado por la música, pero después de probar varios instrumentos —incluyendo el trombón—, su corazón quedó encadenado a la guitarra, gracias a “la extraordinaria versatilidad de las cuerdas”.
La increíble capacidad de Mark es algo común en las calles de San Diego desde hace más de una década y de hecho, su historia no es nada nuevo, pues en 2001 grabó su primer álbum —Big Toe—, el cual lo llevó a alcanzar la fama mundial. A pesar de todo, todavía hay mucha gente —como yo hasta hace poco— que no tiene ni idea de su existencia.
En el reciente cortometraje Hand Free, creado por Ross Harris y Stanley Gonzales, Mark dice “crecí sin brazos, así que crecí usando mis pies para jugar con mis juguetes, pelear con mi hermano, jugar videojuegos… en fin, no hay nada que no haya hecho con ellos”.
Pero más allá de sorprender con su música, Mark es fan de los retos, así que quiere sorprender con otras cosas. Su próxima meta es convertirse en conductor de Uber.
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