A 1500 años luz de aquí, muy cerca de las constelaciones de Cisne y Lyra, se encuentra una estrella que está causando desconcierto y polémica entre algunos de los astrónomos más renombrados de la comunidad científica. ¿La razón? Varios expertos creen que ahí podría existir evidencia de vida extraterrestre, pero no se refieren únicamente a seres inteligente como en la Tierra, sino una súper civilización capaz de crear estructuras espaciales mucho más grandes que Júpiter.

Antes de comenzar a viajarnos con las posibilidades o caer en teorías de conspiración, lo de los aliens es una de numerosas explicaciones probables para lo que está sucediendo en ese rincón remoto de la Vía Láctea.

Y es que KIC 8462852 está entre muchas estrellas —150,000, para ser exactos— que desde 2009 son monitoreadas por el Telescopio Espacial Kepler para la investigación de exoplanetas. El equipo de observación de la NASA pone atención en los patrones cíclicos de la luz que emiten estas estrellas y cuando notan alguna disrupción —pequeños puntos que tapan el brillo estelar—, lo interpretan como la posibilidad de que fue un cuerpo planetario. La metodología ha servido para confirmar la presencia de muy diversos planetas e incluso, detectar cuáles tienen características similares a la Tierra.

Pero KIC 8462852 es diferente al resto, pues de acuerdo con una investigación reciente respalda por la NASA, hay varios objetos colosales que tapan su brillo y, al parecer, no tienen un patrón fijo. Eso ya de por sí es desconcertante, porque la órbita de un planeta no suele ser tan irregular —aún si el campo gravitacional de la estrella se comporta de manera errática—, pero además el tamaño de los objetos supera por mucho al de cualquier planeta que se tenga registro. Con frecuencia los "puntos" detectados opacan hasta 22% del brillo de la estrella; en comparación Júpiter no taparía ni a 1% de nuestro sol.

El astrónomo Jason Wright, de la Universidad Estatal de Penn, dice que "los aliens deberían ser la última hipótesis a considerar, pero esto [el comportamiento de los objetos de KIC 8462852] luce como algo que construiría una civilización extraterrestre". Jason es un respetado científico en la comunidad de astrofísicos de Estados Unidos, quien suele desechar casi todas las teorías acerca de extraterrestres, así que su postura ante este tema resulta provocativa.

Ahora bien, es muy posible que los datos que está recibiendo el telescopio Kepler estén equivocados o que tengan una interpretación errónea. Según Tabetha Boyajian, una de las analistas de Yale que trabaja para la NASA, "ya se hicieron varias comprobaciones para asegurar que la información es correcta y que no se trata de una mala medición de los instrumentos".

Otra teoría es que una estrella vecina está arrastrando cantidades masivas de asteroides y otros objetos rocosos. La NASA dice que habrían varios culpables para dicho comportamiento, pero que "sería un fenómeno demasiado extraño en términos cósmicos, pues esa fuerza gravitacional afectaría las propiedades de KIC 8462852 y al parecer, no es el caso".

Wright piensa que debemos considerar con mucho escepticismo la posibilidad de que el misterio en KIC 8462852 es responsabilidad de alienígenas. "De hecho es una idea que me agrada, aunque no digo que sea la correcta, simplemente es algo muy interesante". Lo fascinante es que aquí encaja a la perfección la teoría de la Esfera de Dyson, un concepto de ciencia ficción que propone rodear con una megaestructura esférica a una estrella, para aprovechar al máximo su energía lumínica y térmica.

Lo más emocionante de este misterio científico no es la posibilidad de encontrar vida extraterrestre —lo siento Giorgio Tsoukalos—, sino todas las respuestas probables. Mientras tanto, la gente de SETI ya puso sus ojos en KIC 8462852 y según declaraciones no oficiales, dedicarán una gran cantidad de sus recursos para investigar el enigma con mucho detenimiento.