Zuckerberg donó $100 MDD que no sirvieron para nada

El plan para mejorar las escuelas de Newark no dio resultado

La revista The New Yorker publicó un artículo en el que narra cómo una donación de $100 MDD de Zuckerberg en 2010 no logró el objetivo de mejorar el sistema educativo de Newark, Nueva Jersey. En otoño de ese año, Mark Zuckerberg, anunció en el programa de Oprah Winfrey que dicha cifra sería entregada a Cory Booker, alcalde de Newark, y Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey, para fundar Education Foundation, startup enfocado en mejorar la situación de las escuelas de dicha ciudad.

Christie, Winfrey, Booker y Zuckerberg tras el anuncio de la donación
Christie, Winfrey, Booker y Zuckerberg tras el anuncio de la donación

Según Zuckerberg, el plan era convertir a Newark en "un símbolo de la excelencia educativa para toda la nación". El dinero se utilizaría para pagar a los mejores profesores y crear el ambiente ideal para desarrollar estudiantes y egresados exitosos.

Entre 2010 y 2012, más de $20 MDD se usaron para pagar a consultoras especializadas en relaciones públicas, recursos humanos, comunicación, análisis de datos y evaluación de docentes. Gran parte de los consultores recibieron pagos anticipados de $1000 USD al día. Actualmente, la mayor parte del dinero ya se gastó, sin embargo, Newark no se ha convertido en símbolo de excelencia, ni mucho menos.

Cuando el fundador de Facebook decidió donar parte de su fortuna para mejorar la situación de las escuelas de Newark, estaba convencido de que el plan funcionaría, sin embargo, carecía de experiencia en el ramo educativo y el de la filantropía.

En los meses siguientes a la donación, era evidente que tanto Booker como Christie habían fracasado en la ejecución de diversas partes del plan, la más importante: la contratación de un superintendente capaz de transformar el sistema educativo local.

Zuckerberg presionó a los funcionarios, por lo que Booker contrató a Cami Anderson como líder del proyecto, con la esperanza de que la nueva superintendente revirtiera la situación negativa.

Inmediatamente, Anderson atacó el problema de la mejor manera posible, sin embargo los obstáculos fueron mayores y tampoco logró llegar a los resultados esperados. Lo anterior se debió, principalmente, a que cuando la superintendente se hizo cargo el gobierno de la ciudad ya había gastado gran parte del dinero, por lo que la situación se complicó aún más.

One Newark, última propuesta de Anderson para rescatar el programa de reforma educativa, consistía en permitir a los familiares elegir la escuela a la que sus hijos acudirían. Los alumnos con menos recursos y capacidades especiales tendrían el privilegio de elegir primero. Sin embargo, este plan no tuvo el sustento suficiente, por lo que la ejecución fue deficiente y fracasó.

Según The New Yorker, a pesar de los millones gastados por Anderson Booker, Zuckerberg y Christie para conectar con la comunidad, "aún es necesario hablar abiertamente con la gente de Newark acerca de cuánto dinero tiene y ha gastado el distrito, así como en qué se utilizará y qué será lo que aportará a los estudiantes".

Casos como éste se dan en nuestro país todos los años, y por eso es importante que la situación de Newark sirva como ejemplo, a fin de que los ciudadanos seamos más cuidadosos y exigentes con los resultados que nos prometen los programas del gobierno. La buena disposición y el dinero no siempre son suficientes para transformar una situación que lleva años sin la atención y el cuidado necesarios para mejorarla.

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