A simple vista, hay muy pocas diferencias entre la pantalla del Galaxy S5 y su antecesor. Más allá del incremento en dimensiones, de apenas una décima de pulgada, parece que Samsung implementó tecnologías que mejoraron considerablemente la calidad de color y en general, propiciaron una experiencia visual mucho más sofisticada.
Por lo menos ése es el veredicto de DisplayMate, un laboratorio especializado en pantallas cuyas conclusiones suelen ser uno de los principales estándares de referencia en la industria. Los ingenieros de esta compañía se dieron a la tarea de revisar una versión final del Galaxy S5 y encontraron que la pantalla ofrece el nivel más alto de brillo disponible en los dispositivos móviles, de 698 cd/m²; mientras que el índice mínimo de 2 cd/m² es el más bajo a la fecha, lo que permite leer en obscuridad absoluta sin que los ojos sientan incomodidad.
"Simplemente no hay beneficio visual en implementar pantallas 4K en dispositivos menores a 6 pulgadas." —DisplayMate
Lo más destacable es que la calibración de color aprobó satisfactoriamente todas las certificaciones oficiales, incluidas las de Adobe RGB y Professional Photo Mode, lo que se traduce en una gran capacidad para desplegar imágenes fieles al formato original, algo ideal para los fotógrafos profesionales que buscan visualizar su trabajo en el teléfono. Por otra parte, el Galaxy S5 demostró que refleja muy poco la luz externa, tiene gran potencia de retroiluminación y su pantalla cuenta con excelente eficiencia energética.
Para finalizar, los expertos de DisplayMate dicen que Galaxy S5 es el mejor ejemplo de que no hace falta la resolución 4K en dispositivos de tamaño menor a 6", pues con 432 puntos por pulgada, el abanderado de Samsung se ajusta a la agudeza visual de 20/20. En todo caso, el límite sería de 2560 × 1440 pixeles.
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