Creador que se respete –sea escritor, dibujante, fotógrafo, músico, cineasta, videasta, blogger o cualquier otro– debe conocer aunque sea lo básico sobre derecho de autor y propiedad intelectual. No es una exageración: en un mundo donde la creación de obras se ha democratizado por la tecnología en la última década, es impensable andar por la calle sin las nociones más simples sobre estos temas.
En este caso, quiero hablar sobre las licencias Creative Commons. Quizá, en algún momento, te las has topado en algún blog, en la cuenta de Flickr de un amigo o un libro digital. Son cada día más comunes, sin embargo, estoy seguro de que aún hay muchas personas que no conocen qué son y por qué deberían importarnos.
El derecho de autor
El derecho de autor se divide en 2: el nominal y el patrimonial. El nominal es aquel que tiene el autor de una obra (texto, canción, pintura, fotografía, performance, entre otros) a recibir crédito por lo que hace. Es inalienable, intransferible e inextinguible, es decir, no se puede renunciar a él.
El patrimonial se refiere al derecho que tiene toda persona de poder explotar su obra comercialmente; básicamente, que pueda ganar dinero con ésta. Este derecho es transferible; por ejemplo, puedo otorgar una licencia para que alguien más obtenga beneficios económicos de mi trabajo a cambio de un pago o, en algunos casos, ceder este derecho.
En México, el derecho de autor es regido por la Ley Federal de Derechos de Autor. Tristemente, la mayor parte de las licencias no son elegidas por los creadores, sino por la industria. Por ejemplo, si una editorial va a publicarte un libro, es casi seguro que te dé una licencia predeterminada por ellos. Rara vez el autor de la obra interviene en ese proceso.
Pondré un ejemplo para ilustrar el derecho nominal y el patrimonial. Imagina que participas en un concurso de novela y resultas ganador. En las bases del concurso te dicen que, al ganar, publicarán tu texto. ¡Genial! Pero la letra chiquita dice que cedes tus derechos patrimoniales para la primera edición a la editorial. Eso quiere decir que del monto de las ventas no te tocará nada, aunque en la portada aparezcas como autor del libro.
Algo tan común como compartir un archivo o fotocopiar un libro puede ser considerado como infracción al copyright
El derecho patrimonial se protege con el copyright (en español, todos los derechos reservados). Cuando una obra está protegida por copyright, se necesita la autorización explícita del titular de los derechos de autor para usarla (reproducirla, difundirla, modificarla). Cosas que nosotros vemos tan comunes como fotocopiar un libro, en realidad, infringen el copyright.
La discusión sobre qué tan justo es este esquema es vasta. Si quieres profundizar, te recomiendo leer sobre la gestión de derechos digitales (DRM); por lo pronto, sigamos en nuestro tema: ¿existe alguna alternativa al copyright?
El copyleft y las licencias Creative Commons
El copyleft (o izquierdo de autor, por el juego de palabras) es un movimiento a favor de liberar ciertos derechos de la obra. Sigue estando encuadrado dentro del esquema actual de propiedad intelectual, pero con la diferencia de que es más flexible. En el copyleft se puede permitir la libre distribución de la obra o de versiones derivadas de ésta, siempre y cuando las nuevas versiones sean liberadas bajo la misma licencia.
En 2002, un señor llamado Lawrence Lessig, exprofesor de Derecho de la Universidad de Harvard, creó las licencias Creative Commons, que permiten que el autor proteja una parte de sus derechos, pero libere otros que le permitan a la comunidad copiar, distribuir, modificar, o inclusive, hacer uso comercial de una obra.
Existen 6 licencias Creative Commons.
CC: BY. Se llama licencia de reconocimiento (BY). Es la más abierta; en ésta, sólo hay que darle crédito al autor de la obra. Quien usa la obra puede copiarla, difundirla, modificarla, hacer obras derivadas y hasta hacer uso comercial de ella. En las 6 licencias Creative Commons es obligatoria la atribución de autoría.
CC: BY - SA: Licencia de reconocimiento (BY) – compartir igual (SA). Es la licencia de atribución que nos permite hacer todo lo mencionado en la anterior, pero si creamos una obra derivada debemos liberarla con la misma licencia (es decir, no se puede registrar bajo copyright). Ésta es usada por Wikipedia.
CC: BY - ND. Licencia de reconocimiento (BY) – Sin obra derivada (ND). Esta licencia permite la redistribución comercial o no comercial, siempre y cuando no se modifique la obra. Es decir, si usamos el trabajo del autor, no podemos hacerle ningún cambio ni obra derivada.
CC: BY - NC: Licencia de reconocimiento (BY) – No comercial (NC). Ésta permite que una persona distribuya, modifique o cree una obra derivada a partir de la obra protegida, siempre y cuando no se utilice con fines comerciales. Las obras derivadas no están obligadas a usar la misma licencia.
CC: BY – NC – SA: Licencia de reconocimiento (BY) – No comercial (NC) – Compartir igual (SA). Al igual que la licencia anterior, permite que una obra sea distribuida o modificada sin uso comercial, siempre y cuando el trabajo derivado también sea licenciado en condiciones idénticas.
CC: BY – NC – ND: Licencia de reconocimiento (BY) – No comercial (NC) – No derivado (ND). La licencia más restrictiva de todas. Permite que otros descarguen y distribuyan la obra, pero sin modificaciones ni uso comercial.
Por último, existe una licencia llamada “todos los derechos liberados” (CC0), la cual corresponde a liberar una obra propia bajo el esquema de dominio público. Esta licencia permite renunciar a los derechos de autor (incluyendo los morales, en la medida que la legislación de cada país lo permita). En México, una obra se convierte de dominio público tras 100 años a partir de la muerte del autor.
¿Cómo aplico las licencias Creative Commons en mis obras?
Las licencias Creative Commons sí aplican en México, conforme al artículo 30 de la Ley Federal de Derecho de Autor
Todo suena muy bien, pero ¿cómo funcionan en la realidad? En primer lugar, hay que desterrar el mito de que las licencias Creative Commons no funcionan en México. De acuerdo con el artículo 30 de la Ley Federal de Derecho de Autor “el titular de los derechos patrimoniales puede, libremente, conforme a lo establecido por esta Ley, transferir sus derechos u otorgar licencias de uso exclusivas o no exclusivas.” Es decir, el licenciamiento es un acto libre, limitado legalmente al respeto de los derechos morales.
Para aplicar una licencia Creative Commons, se recomiendan 4 pasos:
I. Asegúrate de ser el titular de los derechos de autor y sin restricciones. Este punto es muy importante. Como dijimos al inicio, el derecho de autor se divide en los derechos morales y los patrimoniales. Si eres el autor único de una obra inédita, posees ambos, pero el panorama puede ser más complejo; por ejemplo, si eres coautor (en cuyo caso, requerirás del permiso del otro autor) o si hiciste la obra bajo encargo de una institución (para un ejemplo, revisa cómo aplica el derecho de autor en la UNAM).
II. Analiza los alcances y limitaciones que quieras dar a tu obra. Es indispensable pensar qué alcances queremos para la obra: ¿se trata de un libro que interesa a una localidad? ¿Es una obra que queremos compartir con todo el mundo? ¿Bajo qué condiciones queremos que se use el trabajo? ¿Nos interesa que permanezca inalterable o deseamos que se modifique o derive? Todas esas interrogantes deben ser respondidas antes de licenciar.
III. Elige la licencia Creative Commons que más se adapte a tus necesidades. Una vez esclarecido qué buscamos con la obra, es momento de elegir una de las 6 licencias disponibles. Después, coloca el logotipo de la licencia, un texto breve y el enlace al código legal. ¡Listo!
IV. Libera la obra. Finalmente, el objetivo es que la obra pueda ser descargada, compartida y distribuida por la web. Una vez que la licencia esté en su sitio, es momento de difundir.
Muchos servicios web permiten colocar una licencia Creative Commons a tu obra desde la plataforma, como es el caso de YouTube, Flickr o WordPress. En otros casos, deberás hacerlo de manera manual, como se estableció anteriormente. Es crucial no olvidar que la licencia Creative Commons debe estar incluida de forma explícita en la obra.
Cómo utilizar contenidos con licencia Creative Commons
Ahora, ¿qué sucede si encuentro contenido licenciado bajo Creative Commons y quiero utilizarlo? Lo primero es revisar cuál es la licencia bajo la cual está liberado. Recordemos que todas las licencias obligan a dar reconocimiento de la autoría, pero ¿sabemos darlo correctamente?
Es importante atribuir la autoría de una obra: detrás de cada trabajo existe una persona
Un ejemplo: me he encontrado con decenas de medios que atribuyen la autoría de una imagen o un vídeo como “Fuente: Internet”. ¡Error! Siempre hay una persona detrás de la obra, así la hayamos encontrado en Google, Tumblr, Flickr u otra parte. Si el trabajo está licenciado bajo Creative Commons, hay que reconocer al autor y, de preferencia, incluir un enlace a su perfil si es posible.
También es importante revisar si la licencia permite modificaciones y obras derivadas. En caso afirmativo, ¡aprovecha para hacer tus propios contenidos! Sólo recuerda que si la licencia incluye la restricción Compartir Igual (SA), la obra derivada deberá estar liberada con la licencia de su antecesora.
Se considera una buena práctica utilizar contenido con licencia Creative Commons para no infringir el copyright y, de paso, ahorrarse problemas potenciales por violaciones a los derechos reservados. A algunos titulares de copyright (no necesariamente los autores, sino editoriales, discográficas o similares) no les gusta que se use la obra sin su permiso, lo cual puede devenir en conflictos legales.
Si necesitas contenido con licencias Creative Commons, puedes utilizar este buscador que concentra sitios como Google Search, Google Images, Flickr, Fotopedia, Wikimedia Commons, YouTube, entre otros. También revisa la configuración avanzada de los sitios de búsqueda, que normalmente permiten filtrar los contenidos por licencias. Otro consejo es usar contenido de dominio público: en Wikipedia hay una lista de recursos y otra de imágenes que puedes emplear.
Y a mí, ¿de qué me sirve?
Salvador Alcántar, secretario de Wikimedia México, explicó en una charla (disponible en Wikimedia Commons) que se trata de un mecanismo que permite la autogestión de derechos. Eso es muy importante, pues permite que el creador participe y tenga injerencia en la forma en que su obra es explotada.
Creative Commons permite la autogestión de derechos de autor, donde el creador tiene voz y voto en cómo se explota su obra
Vamos a los casos prácticos. Alcántar destacó la ventaja que proporcionan como difusión para creadores jóvenes. Quizá liberar el primer libro de un escritor o las primeras galerías de un fotógrafo no le hagan ganar dinero inmediatamente, pero sí proyección y publicidad. A la larga, ese reconocimiento puede hacerle ganar un contrato con una editorial o con una agencia de publicidad. Otro ejemplo está en el marketing, donde autores licencian con Creative Commons el primer capítulo de sus obras para enganchar a los lectores e incentivarlos a comprar el libro entero.
Pero no únicamente los creadores se ven beneficiados. Hay otros ámbitos en los que licenciar con Creative Commons es muy útil, como en la educación. Ciertos trabajos, como presentaciones de profesores, pueden ser compartidas y modificadas para mejorar las clases en diferentes aulas del mundo. Creative Commons provee el soporte legal para estos documentos y recursos puedan ser utilizados sin incurrir en plagio ni en violación de los derechos reservados.
Finalmente, los proyectos de conocimiento libre como Wikipedia o Wikimedia Commons funcionan gracias a las licencias Creative Commons. Gracias a ésta, la gente puede modificar el trabajo de otros sin requerir de su permiso explícito para generar una obra colaborativa más grande. Por eso es que iniciativas como SOPA son tan peligrosas: de haberse aprobado, los editores de Wikipedia habrían estado obligados a revisar toda la enciclopedia para ver que no hubiera infracciones de copyright, algo totalmente inviable.
Por cierto, por si no sabías, Wikipedia está liberada bajo una licencia CC BY-SA. Si alguna vez has visto un puesto de discos donde te vendan una copia de Wikipedia, no hay nada ilegal ahí, pues la licencia permite el uso comercial. Claro, ese disco estaría liberado con la misma licencia (por la restricción Compartir Igual), así que podrías copiarlo, regalarlo, revenderlo, modificarlo o crear algo nuevo (como un libro impreso) a partir de él.
Las licencias Creative Commons permiten un esquema más flexible en el derecho de autor. Por supuesto, no es perfecto y ha recibido varias críticas, pero es un esfuerzo que crea bases para empoderar a los creadores. Es un proyecto en constante actualización (hoy, las licencias se encuentran en versión 3.0) y que enfrenta muchos retos. Vale la pena explorarlo y, sobre todo, respetarlo para contribuir a un entorno mucho más libre en términos de propiedad intelectual.
Fotos:
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