Por qué el vestido es azul y negro

La polémica no está relacionada con el daltonismo

A unos días de concluir la semana, un vestido común y corriente rompió el Internet. En Twitter y otras redes sociales, los usuarios debaten sobre el verdadero color de la prenda. Algunos lo ven dorado y blanco, otros azul y negro y, al parecer nadie se pone de acuerdo.

En realidad se trata de un vestido azul con encaje negro y aunque muchas personas se aferran a lo que sus ojos les dicen —y otros no saben ni lo que están viendo—, existe una explicación científica que podría poner fin a este debate.

No es un problema de daltonismo
No es un problema de daltonismo

El ojo humano sólo percibe las longitudes de onda cuando la iluminación es adecuada, de lo contrario las cosas se ven en contraste de blancos y negros. En la denominada superposición de colores de luz (también conocida como síntesis aditiva), el blanco resulta de la superposición de todos los colores, mientras que el negro es la ausencia de ellos. Sin embargo, en la síntesis sustractiva (que es la mezcla de pinturas, tintes y colorantes), el blanco sólo se da bajo la ausencia de pigmentos, mientras que el negro es resultado de la combinación de cian, magenta y amarillo.

Para que todos entendamos: nuestros ojos están acostumbrados a ver los colores bajo la luz del Sol y se confunden cuando vemos la prenda en el monitor de nuestra computadora o smartphone. Pero, ¿por qué algunos ven el vestido blanco con encaje dorado y otros lo ven azul con negro en la misma pantalla? Es aquí donde las cosas se ponen interesantes, ya que todos creemos fielmente en lo que nuestros ojos nos dicen y la opinión se encuentra dividida porque no necesariamente vemos lo que está frente a nosotros, sino lo que nuestros ojos y cerebro interpretan.

La imagen en cuestión está pésimamente fotografiada y el balance de blancos aterraría a cualquier fotógrafo. Este hecho facilita la confusión y es que la forma de compensar el exceso de luz para analizar el pigmento es un proceso distinto en cada cerebro.

Así las cosas, lo que pasa en la mente de los que ven el vestido blanco con dorado es que aceptan el exceso de luz y piensan que un objeto azulado (y en algunos casos gris) genera una sombra que provoca que el blanco se oscurezca, mientras quienes lo ven azul, simulan una reducción de luz para compensar la sobreexposición y así extraen los pigmentos correctos de la prenda.

Tampoco es cuestión de perspectiva
Tampoco es cuestión de perspectiva

Al final, el vestido es azul y no hay vuelta atrás, pero este fenómeno nos deja una importante lección: no todos vemos los mismos colores y eso quiere decir que cada persona ve el mundo con sus ojos y lo interpreta a su manera. Aunque ahora sabemos el color real de la prenda, no podemos decir que los que ven otras tonalidades están mal o tienen un problema, porque hasta los que ven fácilmente el azul, ¿cómo saben que se trata del mismo tono?

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