¿Microsoft cambiará el futuro de los smartphones?

La iniciativa de unificación que propone Windows 10 será ideal para dominar los mercados con economía emergente

Microsoft puede ganar mucho con su estrategia de Lumia o terminar peor en la competencia de los smartphones, pero queda claro que la compañía está dispuesta a tomar tantos riesgos como sea necesario para tratar de dominar el mundo de los dispositivos móviles —y de paso, hacer mucho más eficientes los servicios de la nube—. El desafío no es sencillo, pues igual que Intel, Microsoft tardó mucho tiempo en comenzar a involucrarse en la industria de los teléfonos celulares; antes de que Satya Nadella se convirtiera en director general eso resultó en constantes errores al intentar entender las necesidades de la gente. Pero la ideología que representa Windows 10 promete no sólo ser la solución perfecta para ese problema, sino también el inicio de una revolución en el modo que usamos teléfonos, computadoras y tablets.

Windows Phone trató de ser tan diferente y original que complicó las cosas para los desarrolladores y aniquiló su oportunidad de tener un ecosistema saludable de apps

Por supuesto, aunque la misión no es conquistar desde el inicio todos los segmentos de la industria, hay una clara intención de adueñarse, por lo menos, de algunos puntos clave. El plan de Microsoft es arriesgado y todavía un poco reactivo, al apostar específicamente a una de sus fortalezas: el éxito de los Lumia en los países con economía emergente. No es un secreto que el Lumia 520 es uno de los teléfonos baratos mejor vendidos de los últimos años y fue tal su popularidad, que los fabricantes de Android tuvieron que ofrecer características mucho más avanzadas de las acostumbradas sin elevar el precio, con tal de evitar que sus ventas se desplomaran. Dicho de otro modo, el Lumia 520 hizo que el estándar de la gama media se convirtiera en el de la gama baja y como evidencia está que Motorola tuvo que lanzar el Moto E. Repetir esa hazaña será un tanto complicado, en especial en un ecosistema sumamente competitivo. Por una parte, Android One comienza a apoderarse de India y varias regiones de Asia, mientras que los fabricantes chinos lanzan propuestas cada vez más interesantes y con precios más bajos. Hasta Firefox OS y el renovado Ubuntu Touch, con sus recursos limitados y poca aceptación, representan dificultades para la iniciativa de Microsoft.

Mientras que muchos teléfonos recientes sólo tienen acceso a versiones viejas de Android (como Ice Cream Sandwich), la mayoría de los Lumia lanzados en últimos años ya cuentan con Windows 8.1
Mientras que muchos teléfonos recientes sólo tienen acceso a versiones viejas de Android (como Ice Cream Sandwich), la mayoría de los Lumia lanzados en últimos años ya cuentan con Windows 8.1

La diferencia es que Microsoft está centrando sus esfuerzos en hacer que casi todos los usuarios de Lumia tengan acceso a los beneficios de Windows 10, desde la tienda unificada de apps hasta la posibilidad de conectar el teléfono con HoloLens. Y es que al eliminar el concepto de sistema operativo para móviles, Microsoft se sacudió la limitante de tener que crear 2 ecosistemas diferentes y después tener que hacerlos compatibles. La nueva iniciativa simplifica las cosas para los desarrolladores, al permitir que lancen sus apps en más dispositivos con un esfuerzo mínimo, pero también es más sencillo para la gente, pues está la certeza de que todo funcionará igual, sin importar si es un smartphone, una tablet o una PC. Aunque todavía no queda claro cuáles son los requerimientos mínimos para ejecutar Windows 10 en un Lumia, el hecho de que el Lumia 435 tenga 1 GB en RAM —mientras que el Lumia 530 tiene apenas 512 KB— significa que podría haber un diseño simplificado de Windows 10, con animaciones más sencillas y efectos visuales menos elaborados, aunque al final la experiencia de uso tendría que ser la misma. Pero una vez más, esa versión alternativa no sería distinta; contendrá y hará lo mismo que la edición para equipos premium, sólo que con una estética menos llamativa. En un extremo contrario, la fragmentación de Android es cada vez más evidente y nunca faltan las quejas de la comunidad ante el hecho de que muy pocos teléfonos son compatibles con las actualizaciones; si tienes suerte, recibirás software nuevo, aunque pronto te quedarás atrás.

Es posible que Microsoft espere hasta la salida de Windows 10 para lanzar su próximo teléfono premium y que mientras tanto, siga reforzando su presencia en la gama baja para ganar la confianza de los usuarios
Es posible que Microsoft espere hasta la salida de Windows 10 para lanzar su próximo teléfono premium y que mientras tanto, siga reforzando su presencia en la gama baja para ganar la confianza de los usuarios

La democratización que propone Microsoft luce emocionante y hasta puede inspirar a otras empresas, dado que al no hacer distinción entre tipos de usuarios, su alcance es muy amplio. De la gama más alta, con enfoque para el mundo empresarial hasta los equipos más austeros, diseñados para personas que no acostumbran involucrarse tanto con la tecnología, Windows 10 busca alcanzar a tantas personas como sea posible y a pesar de que hay obvias limitaciones, la intención es evitar que se repita el rezago de Windows XP y Windows Phone 7. Además, la visión de Microsoft hacia el futuro cercano es muy prometedora, pues busca sacar máximo provecho de la conectividad en línea para mejorar nuestra interacción con todo lo que nos rodea.

Hace algunos años, Microsoft lanzó un video conceptual en el que mostraba el futuro de los servicios en la nube y con un estilo plenamente futurista, ejemplifica los múltiples usos de la realidad holográfica. En ese entonces sonaba a ciencia ficción, pero no tuvo que pasar mucho tiempo para que esas ideas se convirtieran en nuestra actualidad: sistemas inteligentes que se adelantan a cada necesidad, integración absoluta de toda tu información para que sea utilizada desde cualquier app o servicio, detección automática de imágenes y emociones, etcétera. En inicio parecía que el acceso a esas tecnologías estaría reservado para la gente adinerada, pero hoy es evidente que casi todos los usuarios podrán tener los mismos beneficios, si acaso con diferencias en cuanto a la presentación y el enfoque de los servicios.

Microsoft perdió la guerra de los dispositivos móviles por confiar demasiado en que la PC se mantendría estable indefinidamente, además de que no fue capaz de pronosticar la explosiva popularidad que ganarían los smartphones en tan poco tiempo. Pero en lugar de seguir rivalizando directamente contra Google o Apple, la compañía busca construir algo único, que marque una diferencia notoria entre Windows y todos los demás sistemas operativos. El reto está en que Microsoft debe mejorar la percepción que tiene la gente al mirar su logotipo en algún producto. La mayoría de las personas todavía no ve con buenos ojos la marca que durante más de 2 décadas estuvo detrás de la identidad empresarial de Windows, Office e incontables productos que, en opinión de muchos, nada tiene que ver con frescura o innovación. La mentalidad de la compañía bajo la dirección de Nadella está cambiando de manera radical, pero el usuario promedio aún no tiene conocimiento de esa nueva imagen. Para la mayoría de los consumidores, Microsoft es y será una compañía obsoleta e incluso aburrida, así que antes de convencernos de que los Lumia pueden rivalizar contra lo mejor de Android o cualquier variante del iPhone y, más allá de maravillarnos con la realidad holográfica de HoloLens, debe vender la idea de que todo lo que hace es novedoso, genuinamente útil y, desde luego, más interesante que el resto.

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