La narrativa de Infinite es muy diferente a la del primer BioShock aunque de igual calidad

De héroe a villano, y viceversa
Booker DeWitt es un héroe justiciero decidido a salvar a la damisela en peligro sin importar las consecuencias, incluso si debe derrocar un gobierno totalitario; sin embargo, las apariencias engañan, pues el protagonista de BioShock Infinite oculta secretos realmente sombríos. Antes de partir hacia la utópica ciudad flotante de Columbia, el personaje principal estaba al servicio de la organización Pinkerton, una agencia de seguridad privada que durante décadas tuvo más poder que el ejército de Estados Unidos, y que hacía de todo, desde cazar criminales hasta proteger trenes o calmar revueltas revolucionarias a gran escala, el problema es que sus procedimientos eran engañosos, intimidatorios y en última instancia, brutalmente violentos, ya que no les preocupaba cómo cumplir su objetivo siempre y cuando diera resultado. En pocas palabras, bien podían catalogarse como una especie de villanos y según la historia, DeWitt fue despedido de su empleo por usar métodos extremos, aunque son imprescindibles para el lío en que se está metiendo. Lo cierto es que su pasado apunta a ser uno de los elementos clave en la narrativa, y descubrir sus enigmas será una de las metas principales del juego.
No tienes que salvar a una princesa

Sea interés amoroso o sólo una coprotagonista amigable, Elizabeth no es la clásica damisela en peligro, y si bien no podría clasificarse como heroína, se trata de un personaje poco convencional. De inicio, detrás de ese inocente rostro que expresa sufrimiento constante, se esconde una capacidad sobrenatural, causante de algunos de los más devastadores problemas en las calles de Columbia. Y es que las lágrimas de la esta enigmática mujer son capaces de abrir portales a otras dimensiones. En términos de mecánica de juego significa que con su ayuda tendrás acceso instantáneo a armas de otras realidades, y que deberás lidiar con incontables complicaciones de infinitos mundos; y en cuestión argumental, da pie a situaciones dignas de las más fascinantes novelas de ciencia ficción. Según Ken Levine, las lágrimas están entre los temas centrales de la temática, y las encontrarás en diferentes formas, que a su vez servirán de distinto modo durante la aventura.

No es precuela del primer BioShock
Y hablando de universos alternos, Infinite no tiene vínculos argumentales con las primeras 2 entregas de la franquicia, o al menos así lo sostiene la gente de Irrational Games, quienes afirman que la idea de esta nueva propuesta es plantear un concepto muy diferente a lo que vimos en Rapture, y de paso sentar una nueva mitología. Para empezar, el escenario cambió de oscuros y claustrofóbicos corredores en el fondo del mar, a coloridos y majestuosos ambientes urbanos en el cielo. Pero más allá, sin perder respeto a la esencia de la saga, desaparecerán las decisiones que definan un índice de maldad; es decir, no tendremos que cosechar energía vital de personas, en su lugar sólo habrá consecuencias a nuestros actos, algunas positivas y otras muy negativas, aunque la mayoría recaerá en lo ambiguo.
Las cosas serán diferentes cada vez que juegues
Mientras exploras las atracciones turísticas de Columbia y develas sus misterios, cada cosa que hagas y decisión que tomes afectará de forma dinámica el curso de los eventos en la historia, pero más que un camino con diferentes vertientes se trata de un mundo abierto en el que las situaciones continúan aunque no estés presente; esto significa que si hay una revuelta en la que se supone podrías tomar parte y te vas, los ciudadanos seguirán peleando hasta la última instancia. Por otra parte, los eventos importantes suceden de todos modos, gracias a que la inteligencia artificial tiene la capacidad de decidir en qué momento iniciarlos dependiendo del contexto. En resumen, la ambientación es sumamente realista pero se ajusta a tu presencia y a tus decisiones, lo que ofrece una gran diversidad de experiencias. Claro, a diferencia de Rapture, esta ciudad en las nubes no está siempre en tu contra, así que puedes interactuar con un vasto repertorio de personajes y conocerlos a detalle.
Ken Levine dice que Infinite tiene tantos vínculos con la historia y política del mundo real, que nos llevará a tomar un libro e investigar más a fondo

El escenario cambia constantemente
Tratándose de una metrópoli modular que flota libremente, Columbia es un escenario sumamente dinámico, cuya configuración cambia en todo momento. Por ejemplo, si ves un edificio a la distancia, cuando llegues a buscarlo podría no estar ahí, y tendrás que localizarlo considerando que vuela con rumbo un tanto errático. Para efecto práctico, podría significar complicaciones innecesarias, aunque la intención de Irrational Games, según Ken Levine, es crear la sensación de que en realidad estamos ahí, viviendo la ficción en carne propia, tanto que después de comenzar a causar caos, las construcciones terminan por colisionar y después de un punto hace falta tener cuidado de dónde pisas, no sea que caigas al vacio con todo y el lugar. Lo anterior provoca un aumento progresivo en la acción y la tensión de explorar el mundo, sin mencionar que algunas batallas son masivas e involucran decenas de personajes, todo mientras los alrededores siguen en constante movimiento.
Hay una interesante lucha de ideales

Justo como en el primer BioShock cuyo contexto plasmaba la ideología de Andrew Ryan, la temática de Infinite está construida sobre los ideales de Anthony Comstock, un pensador influyente del siglo XIX que buscaba conservar las costumbres de la época victoriana. La cruzada de este sujeto tuvo como propósito, en la vida real, detener todo lo obsceno, lascivo y que atentara contra las buenas costumbres, al grado de que se emitió un estatuto legal para destruir cualquier material pornográfico y abolir los métodos de control natal, entre muchas otras cosas. Dentro de la ficción del juego, Comstock decide fundar la ciudad de Columbia como una forma de concretar su utopía, aunque sus seguidores no mantienen una línea puritana y después de un tiempo, comienzan las disputas muchas de las cuales se relacionan con conflictos raciales. Al final la lucha entre clases, facciones y etnias se resume en una lucha política de poder, venganza y resentimientos familiares, lo interesante es observar cómo se desarrollan los hechos, ya que nadie persigue realmente la justicia.

Tú eres el causante del caos y puedes empeorarlo
En la lucha de facciones, el Vox Populi es un grupo minoritario que se opone al poder totalitario, pero sus esfuerzos habían sido en vano, hasta que entras en escena. La presencia de Booker DeWitt provoca una reacción en cadena que inspira a los revolucionarios al grado de comenzar a presentarse revueltas en cada sección de la ciudad. Por supuesto, queda en ti la decisión de ayudarlos a ganar la guerra civil y tomar el control, o empujarlos por la borda hasta sofocar su pasión guerrillera. Dicho de otro modo, en BioShock Infinite puedes colaborar con ambos bandos, y sacar ventaja, favorecer a alguno o si quieres actuar de manera maquiavélica, mover los hilos para que el choque de fuerzas sea más brutal y contundente. Claro, ayudar a un grupo o al otro, te otorga diferentes beneficios en la forma de armamento o habilidades especiales.
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