La semana pasada, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) presentó su Reporte Global de Tecnologías de la Información 2014, en el cual se reveló que México cayó 16 posiciones para ubicarse en el lugar 79 de 149 naciones evaluadas. En el recuento de 2013, nuestro país se ubicó en el lugar 63 de 148.
Para publicar este informe, el WEF se basa en un análisis de rubros como marco regulatorio y político, preparación de las empresas, entorno de innovación del país, disponibilidad de tendencias de última tecnología y ancho de banda disponible, entre otros. Los resultados del estudio demuestran que México y Latinoamérica en general se encuentran rezagados. Las razones: inversión insuficiente en el desarrollo de su infraestructura de Tecnologías de la Información (TIC), base de conocimientos débil debido a sistemas educativos deficientes y condiciones comerciales desfavorables para incentivar el espíritu emprendedor y la innovación.
De manera individual, México presentó una caída considerable en el acceso a banda ancha. Mientras que el año pasado se ubicaba en la posición 63, en esta edición del reporte cae 30 puestos hasta ubicarse en el lugar 93. Nuestro país también descendió en el rubro del entorno de innovación empresarial, en el que ocupó la posición 85, tras bajar 11 puestos respecto a 2013.
Finalmente, el Índice de Disposición a la Conectividad (NRI, por sus siglas en inglés) mide la capacidad de los países de potenciar las TIC a fin de lograr crecimiento y bienestar. El reporte indicó que México logró un NRI de 3.9 en una escala de 1 a 7, en este aspecto no hubo cambio con relación al año pasado.
La falta de resultados en la reforma al sector de telecomunicaciones y la educativa, así como una Estrategia Digital Nacional sin claridad, son los principales factores por los que México no consolidó un avance en materia tecnológica frente al resto del mundo. Cuando la reforma provoque una disminución en las tarifas celulares y el acceso a Internet, esto se reflejará en mejores resultados en infraestructura y costo de acceso, lo que a su vez provocará que México escale en el ranking.
El problema de los mexicanos no es que no les guste emplear la gran herramienta que es Internet, o que no sepan cómo utilizar computadoras y dispositivos móviles, sino que es muy difícil para la mayoría de los habitantes adquirir o pagar por lo último en tecnología. Basta recordar que México es de los países donde el servicio de Internet de banda ancha es más costoso, mientras su velocidad de conexión promedio es de 1.76 Mbps, una de las más bajas.
Así como el gobierno es uno de los principales responsables de este rezago, también lo son los monopolios en materia de telecomunicaciones que han impedido, con sus altos precios, el crecimiento del sector, y por tanto, de la población en general. Aunado a esto, los empresarios de nuestro país han fallado al no integrarse de lleno en la economía digital, lo que impide la propagación de la tecnología en la vida diaria de los mexicanos.
Gerardo Ruiz Esparza, Secretario de Comunicaciones y Transportes, expresó que no le parece justo que los mexicanos ejerzan un derecho de acceso a Internet deficiente, el cual el gobierno ha colocado como una de las prioridades de la reforma en materia de telecomunicaciones y competencia económica, donde se establece el fortalecimiento de los derechos fundamentales que amplían a todas las personas las libertades de expresión, acceso a la información y a las TIC.
A pesar de las fallas del gobierno y de las principales empresas de telecomunicaciones de nuestro país, actualmente se llevan a cabo importantes esfuerzos que se espera que comiencen a cambiar el panorama de las tecnologías de la información y comunicación en nuestro país. Un ejemplo es el programa México Conectado, el cual busca dotar de conectividad al menos a 250,000 lugares públicos que, a su vez, funcionen como hotspots para el acceso a Internet de la población.
Como ciudadanos, es importante que estemos enterados de esta situación y de las iniciativas de leyes que se proponen en el congreso con relación con el tema de la tecnología y las telecomunicaciones. Es nuestro deber exigir que tanto las autoridades como las empresas brinden un servicio de calidad a un precio justo. No es una labor fácil ni un problema que se resolverá en el corto plazo, pero es determinante cambiar el curso de esta tendencia para impulsar el crecimiento de nuestro país. Mientras más rápido salgamos de este rezago tecnológico, más pronto contribuiremos a sacar adelante a nuestra nación.
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