Por qué Facebook compró WhatsApp

La multimillonaria transacción tiene profundas implicaciones para el ecosistema de las redes sociales y la mensajería móvil

Si bien es cierto que en fechas recientes existeuna fascinación por los startups, pocos imaginaban que Facebook terminaría pagando un total de $19 mil MDD por WhatsApp, una aplicación que hasta el momento, genera ingresos relativamente modestos. Existen razones para cuestionar la decisión y pensar abiertamente que se trata de un error monumental, pero basta mirar con detenimiento el panorama para reconocer que, simplemente, se trata de dar seguimiento a una estrategia que comenzó hace años, cuando Mark Zuckerberg decidió “hacer del mundo un lugar más abierto y conectar a cada persona”. La multimillonaria transacción no es un capricho ni un cínico intento de monopolizar, en realidad es un paso premeditado con implicaciones profundas en el futuro del ecosistema de las redes sociales y la mensajería móvil.

La lógica de una adquisición que parece ilógica

WhatsApp tiene un pronunciado dominio en Europa, Latinoamérica y Asia
WhatsApp tiene un pronunciado dominio en Europa, Latinoamérica y Asia

Pongamos las cosas en perspectiva. La liquidez de Facebook está por encima de la mayoría de las empresas tecnológicas, así que en teoría, puede gastar con cierta libertad; sin embargo, tiene un límite, ya que su valor actual asciende a $150 mil MDD. Dicho de otro modo, WhatsApp le costó una décima parte de sus recursos, el equivalente a 19 veces la suma que pagó por Instagram. Bajo esa luz, tal vez convenía más adquirir otro tipo de servicio, dotado con posibilidades más amplias o al menos, con una propuesta más completa. Después de todo, en los dispositivos móviles proliferan las apps para enviar mensajes y dentro de esa reñida contienda, WhatsApp tiene el primer lugar de popularidad sólo en algunas regiones, mientras que WeChat o LINE crecen a un ritmo vertiginoso. Facebook Messenger tiene un notable predominio en Estados Unidos y Canadá y no hace falta ser analista financiero ni veterano inversionista para pronosticar que la compra de WhatsApp es un acto sumamente riesgoso, que podría terminar en un fracaso rotundo.

En palabras de Zuckerberg, a veces hay que correr grandes riesgos para obtener beneficios aún más grandes, incluso si eso significa tropezar.

En conjunto, WhatsApp y Facebook procesan más de mil millones de fotos y 30 mil millones de mensajes al día
En conjunto, WhatsApp y Facebook procesan más de mil millones de fotos y 30 mil millones de mensajes al día

Para ejemplificar las posibilidades existen 2 casos. El primero es cuando Microsoft dejó ir $400 MDD en 1997 para comprar Hotmail. En aquellos días, la reacción fue tanto de asombro como de incredulidad. Todos se preguntaban qué podía hacer una compañía centrada en sistemas operativos y soluciones ofimáticas, con un servicio de correo. Años más tarde fue evidente que el objetivo de Bill Gates era adentrarse en las necesidades fundamentales del universo web, usando como vínculo con la gente el solicitado mail. Hoy, bajo el concepto unificado de Outlook, esa compra se impone como uno de los centros de comunicación más importantes en Internet. Casi en la misma fecha, AOL utilizó $400 MDD de su entonces interminable presupuesto para comprar ICQ, una red de mensajería instantánea prometedora. Lamentablemente, los malos manejos y la política corporativa provocaron que el futuro de ICQ se resquebrajara, hasta quedar en el olvido.

Facebook, igual que WhatsApp, se desenvuelve y entiende las necesidades de comunicación del consumidor, aunque cada empresa usa métodos diferentes para lograr su cometido. Facebook crea círculos sociales con gran exposición y establece relaciones incluso con desconocidos, mientras que WhatsApp es una herramienta que explota la inmediatez para comunicarse únicamente con gente conocida. Esto sucedió con Instagram: Facebook la compró para extender su catálogo de servicios y complementarlos al ofrecer al usuario alternativas de interacción que no serían orgánicas dentro de su red social. Hubiera sido fácil imitar las funciones de Instagram y tratar de hacer competencia, sin embargo, prefirió absorber a su rival potencial. Por supuesto, la táctica dista de ser novedosa; de hecho, Lenovo también lo ejemplificó recientemente, al hacerse de la experiencia y renombre de Motorola, en lugar de experimentar por su cuenta de manera infructuosa.

La importancia de la mensajería

Durante las próximas semanas será común escuchar toda clase de críticas respecto a lo que Facebook está haciendo con WhatsApp. Algunos se atreverán a decir que la situación actual es evidencia de que Mark Zuckerberg está desesperado. Pero desesperación o no, Facebook necesita compensar la fuga de audiencia adolescente hacia otros medios de comunicación. No es secreto que la base de usuarios de la red social más grande del mundo envejece en cuanto a tendencias, resultado de la falta de frescura en la interfaz y la forma en que se actualizan los contenidos. Mucha gente está aburrida y ha optado por soluciones más atractivas, dinámicas y diferentes.

Facebook se dio cuenta del inminente éxodo con mucha anticipación y trató de frenarlo, primero con Facebook Home y luego con Facebook Messenger. Home fue una idea de sistema operativo que de inicio estaba condenada, sólo por tener sus cimientos en Android y no en una arquitectura original, además de que el enfoque se centraba específicamente en Facebook, sin apostar por la diversidad. Con Messenger, la historia fue de evolución y sofisticación, y ahora es una app flexible en todo sentido. Pero al final, los intentos por ganar una posición firme en el terreno de los móviles fueron insuficientes, así que Facebook debió pagar el precio de sus errores y dirigir la mirada a la única oportunidad de cumplir su ambición: comprar un servicio de mensajería independiente.

Aplicaciones como WhatsApp están reemplazando el modelo de negocios de los SMS y tal vez pronto lo sustituyan por completo

Mientras que la industria de la mensajería tradicional en teléfonos (SMS) permanece como la más importante en términos financieros, al generar un flujo monetario mayor a los $100 mil MDD anuales, la de las apps de mensajes es la que domina en volumen. Como referencia, recordemos que a finales de enero de 2014 se enviaban 18 mil millones de mensajes al día en WhatsApp y se proyecta que para finales de año esa cantidad se duplique. A pesar de que las aplicaciones especializadas en mensajería no están generando ganancias tan jugosas, tienen el mayor potencial de comercialización frente a cualquier servicio digital actual. Además, su crecimiento es exponencial; basta compararlo con la trayectoria de otros productos exitosos. A lo largo de sus primeros 4 años de vida, WhatsApp se adjudicó 419 millones de usuarios, mientras que Facebook reunió 145 millones en el mismo tiempo; Twitter, con su alta demanda, está muy por debajo de esa estadística, con 54 millones.

Además, WhatsApp más que la alternativa ideal, era la única viable. WeChat que está en segundo lugar, es el orgullo del gigante chino Tencent y si acaso accedía a vender, su precio hubiera sido mucho más alto que el de WhatsApp. Fuera de eso, el resto de las apps tienen una penetración considerablemente menor como para hacer la diferencia al esfuerzo de Facebook Messenger.

Un nuevo modelo de negocios

Existen muy pocos obstáculos para que la compra de WhatsApp se concrete. En todo caso, como es costumbre con transacciones tan ostentosas, el proceso debe ser aprobado por las entidades regulatorias en Estados Unidos, pero fuera del protocolo, es casi un hecho que WhatsApp formará parte de los negocios de Facebook, sólo resta preguntarse qué sucederá de ahora en adelante. Zuckerberg asegura que no alterará el rumbo de WhatsApp, respeta su iniciativa de gratuidad y simpleza, además, prefiere que la app siga creciendo al mismo ritmo e incluso, invertirá en infraestructura para que su alcance llegue a los rincones más recónditos del planeta.

Los creadores de WhatsApp consideraron convertir la app en una plataforma de videojuegos, pero decidieron mantener el esquema de simpleza, cobrando un mínimo por el servicio
Los creadores de WhatsApp consideraron convertir la app en una plataforma de videojuegos, pero decidieron mantener el esquema de simpleza, cobrando un mínimo por el servicio

“WhatsApp seguirá operando de forma independiente a Facebook,” proclama el célebre director general de Facebook e incluso tiene la expectativa de que el esquema de la app contribuya al paquete de servicios básicos de forInternet.org, la iniciativa que trata de ofrecer red de precio accesible para toda la gente. Pero detrás de esa mentalidad en apariencia inocente, están los verdaderos planes: usar WhatsApp para diversificar los modelos de negocios. Zuckerberg está consciente de que especializarse en una industria tan cambiante no es la mejor estrategia para sobrevivir, es necesario contar con gran variedad de oportunidades y fuentes de ingreso.

Microsoft lo está haciendo con su proyecto de móviles y nube bajo la dirección de Satya Nadella, mientras que Google no ha dejado de demostrarlo, extendiendo sus dominios tanto como sea posible; de hecho, se dice que trató de comprar WhatsApp por $10 mil MDD, como alternativa a Hangouts, pero el trato nunca se concretó.

Tanto la compra de Instagram como la de WhatsApp son nuevas formas de sobrevivencia para Facebook, en caso de que el formato de red social tradicional falle. Y tal vez, en un futuro no tan distante, todos se integren dentro de la misma plataforma. “WhatsApp complementará nuestro chat existente y mensajes de servicios, para proveer nuevas herramientas de comunicación”, declaró Zuckerberg.

Por el momento, no hay mucho de qué preocuparse. Facebook dejará intacta la operación y la naturaleza de WhatsApp, tal como hizo con Instagram. Si acaso, ayudará a mejorar el desempeño del servicio y hacerlo más flexible, pero bajo los lineamientos de sus antiguos dueños. Para garantía temporal, el fundador de WhatsApp, Jan Koum, formará parte de la mesa directiva de Facebook y aunque es posible que su voz no tenga tanta relevancia al inicio, es evidente que Zuckerberg busca nutrir la mentalidad de sus directivos con nuevas perspectivas.

Lo cierto es que Facebook no está comprando una app cualquiera: es el servicio que convoca a más usuarios al día, con un nivel de uso y conexión que supera 72%, en contraste con 20% del promedio, incluido Facebook, Netflix y hasta Spotify. En ese contexto, $19 mil MDD no parecen una suma tan exorbitante. Sí, es mucho dinero y sin duda tomará tiempo que Facebook reciba los primeros beneficios reales —después de todo, se trata de la segunda adquisición más costosa en la historia tecnológica—, pero si algo queda claro es que Zuckerberg está jugando sus cartas con frialdad analítica y si surgen nuevas tendencias de comunicación, tan prominentes como la de la mensajería, estará dispuesto a gastar tanto como sea necesario para estar presente.

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